Poema del escritor sueco Ésaias Tegnér (1782-1846), publicado el año 1822. El héroe que da título a esta obra, una de las más considerables que ha dejado Tegnér en el dominio lírico, al menos por su amplitud, ha seguido al rey Carlos XII en su famosa aventura de Turquía después del desastre que le han infligido los rusos en la batalla de Poltava. El soberano encarga a Axel de una misión secreta en Suecia, a fin de preparar su Suelta y continuar la lucha, misión llena de peligros puesto que debe atravesar inmensas extensiones de territorios enemigos. En el curso de su viaje, Axel y sus compañeros son atacados en Ucrania y el personaje es dejado por muerto tendido en el campo. Axel es recogido por una joven y hermosa rusa que le cura a escondidas y acaba enamorándose de él. El héroe vacila en dar por terminada aquella grata estancia, en donde por vez primera ha saboreado la pasión amorosa. Finalmente, en un arranque de patriotismo, se decide a continuar su ruta, acallando cuantas vacilaciones acrecientan las tiernas súplicas de María, y parte prometiendo a la joven volver para casarse con ella. Pasa el tiempo y María acaba por creer que su amante la ha abandonado por otra mujer.
Con la secreta esperanza de encontrarle, se disfraza de hombre y se alista en el ejército ruso. Pronto su unidad se hace a la mar con la misión de hostilizar y asolar las costas suecas. Después del desembarco, las tropas, de las que forma parte María, se enfrentan con un destacamento sueco capitaneado por Axel. En el curso de la batalla, María es herida mortalmente y Axel la descubre entre los caídos después de la retirada del enemigo. María expira entre sus brazos y el héroe del poema, devorado por el dolor, cae en la demencia. Esta obra, que le dio a su autor una gran popularidad, es, sin embargo, una de las más flojas que compuso Adaptándose al gusto romántico de la época, y bajo el influjo un poco tiránico de lord Byron, cuyas obras leía asiduamente por entonces, Tegnér desarrolló ampliamente, aunque sin gran originalidad, el tema del hombre solitario devorado por la pasión a través de ese sentimentalismo más verbalista que sincero. Estos ingredientes los mezcló con un ardiente patriotismo a través de declamatorias demostraciones contra Rusia, el enemigo hereditario, en correspondencia con ideas preconcebidas, carentes de espontaneidad. El tema de Axel donde se barajan la banalidad y la inverosimilitud no contó en ningún momento con la aquiesciencia de los medios literarios de la época y el mismo poeta reconocía que lo había compuesto por razones extraliterarias. A pesar de haber recurrido a las fuentes históricas, Tegnér se ha tomado en este terreno toda clase de libertades, agravando aún más el artificio de la exposición y la frialdad retórica de la versificación.