[Rappresentazione di Santa Guglielma]. Auto anónimo del siglo XVI. Guillermina, mujer del rey de Hungría, en viaje a Tierra Santa, es asediada por su cuñado quien, al volver el marido, la acusa de infidelidad y éste la condena a muerte. Pero el caballero encargado de matarla se apiada de ella y encuentra la manera de hacer que se extravíe en el desierto, donde se le aparece la Virgen, que la confía a los ángeles. Éstos la entregan en custodia a un patrón de navío. Guillermina revela la gracia de que está investida curando a enfermos. Aspirando a la vida monástica, entra efectivamente en un monasterio. Allí, atraídos por su fama de taumaturga, llegan el rey y su hermano, que ha contraído la lepra. Obligados a confesarse antes de aproximarse a la Santa, se revela la inocencia de Guillermina; el rey se arrepiente de su inocua sentencia y, una vez reconocida la monja, el perdón general da un final feliz a la representación. En la acusación de infidelidad a la mujer, al regreso del marido ausente, se repiten infinitos motivos de fábulas de todos los tiempos, así como la ventura de la mujer condenada, gracias a la compasión del verdugo, renueva leyendas e historias innumerables: el Auto de Santa Guillermina expone esos antiguos motivos patéticos y dramáticos en forma modesta, pero delicadamente formulados en amables expresiones.
M. Ferrigni