[Kunst und Alterthum]. Revista artística y literaria fundada por Wolfgang Goethe (1749-1832) en 1816 y dirigida por él hasta su muerte. Los primeros fascículos hasta 1818 se titulan «Arte y antigüedad en las orillas del Rhin y del Mein» y contienen los ensayos publicados póstumos con el título Sobre el Rhin, el Main y Neckar a los cuales se unió el importantísimo sobre «Arte religioso-patriótico de los neo-alemanes», donde Meyer, en colaboración con Goethe, discute, examinando a cada artista en particular, las tendencias de las nuevas escuelas estéticas que reconocen por jefes a Wackenróder y a Friedrich von Schlegel. Niega ahí que el sentimiento patriótico y religioso baste por sí solo para constituir la obra artística fuera de una técnica y norma de belleza, sin querer discutir con ello «la verdadera y genuina religiosidad, tan conforme con el espíritu alemán» deseando al mismo tiempo «que una influencia tan digna no falte nunca en la nación». Esto sirve para toda la escuela romántica a la que Goethe no obstaculizó nunca en sus manifestaciones singulares, como lo atestigua la revista, dirigida precisamente a los jóvenes con su amplitud de espíritu que no le permitía excluir por idea preconcebida nada de cuanto le ofreciese su tiempo. En 1818 la publicación cambió de título y, adquiriendo un carácter verdadero de revista, se dividió en dos rúbricas, una dedicada exclusivamente a las artes figurativas y la otra a las letras y a la crítica.
En 1820 acogió poesías y escritos varios de Goethe y otros, así como artículos de crítica de literaturas extranjeras, entre los cuales el artículo sobre el Conde de Carmagnola (v.). En 1822 publica un resumen de la Ilíada (v.) para defender el punto de vista unitario de Wolff. En 1823 se encuentra la carta de gratitud de Manzoni a Goethe y en 1828 el comentario de Los novios (v.). El último fascículo de 1832 se publicó póstumo por los «Amigos del arte de Weimar». Contiene, además de escritos de Goethe y algunas cartas suyas sobre el epílogo de Fausto (v.), otros artículos en colaboración con Meyer, algunos de éste sobre él y otros de discípulos y amigos como Eckermann, Riemer y Varnhagen. En los últimos años Goethe desistió de la polémica directa, pero el carácter de la revista, incluso en la crítica de los otros colaboradores, siguió siendo esencialmente goethiano. En las Conversaciones (v.) con Eckermann en los Anales (v.) y en el Epistolario (v.) de Goethe, puede conocerse y seguirse el cuidado con que redactó esta revista y la importancia que le atribuyó.
G. Federici Ajroldi