[Vor dem Sturm. Román aus dem Winter 1812 auf 13]. Es la primera novela del escritor alemán Theodor Fontane (1819-1898), publicada en 1878 y también la más extensa pues pasa de mil páginas. Siguiendo la tradición de las Novelas brandemburguesas (v.) de Willibald Alexis, se desarrolla en parte en la propiedad de los señores von Vitzewitz en Honhenvietz, en la Marca de Brandeburgo, y en parte en Berlín, en el fatídico invierno de 1812-13, cuando «se consideraba patriótico hablar del tiempo», del frío gélido que exterminaba sobre el Beresina al gran ejército napoleónico y ofrecía el primer rayo de esperanza a una liberación de Prusia sometida al yugo francés. Bernd von Vitzewitz, que ha perdido a su adorada mujer a consecuencia de las penalidades causadas por el acuartelamiento francés, tiene dos únicas razones de vida: la venganza contra Napoleón, al que presenta a sus hijos Lewin y Renate como el más malvado de los hombres, y la liberación de la querida tierra natal. En la tentativa de organizar una expedición privada que corte el camino a los restos del ejército francés que vuelven de Rusia, Lewin es hecho prisionero junto con un joven sacerdote protestante. Éste es condenado al fusilamiento y Lewin es liberado románticamente de la cárcel, pero en su huida su amigo y primo Tubal von Ladalinski, prometido de su hermana Renate, es herido de muerte. Lewin tiene todavía viva la cicatriz de un antiguo amor por Katinka, hermana de Tubal, quien debía casarse con él, pero que, enamorada del conde polaco Bninski, había huido con éste y desde entonces vivía únicamente por la causa de la libertad polaca y de la Iglesia católica.
Al salir de la cárcel, Lewin reconoce el amor sincero que siente por él Marie, hija adoptiva del alcalde de Hohenvietz, y aunque la hermosa muchacha sea de origen inferior —hija de un atleta de circo y educada benévolamente por los señores de Hohenvietz junto con Renate y luego adoptada por el alcalde — los escrúpulos de casta del aristocrático y anciano Vitzewitz acaban disipándose con las excepcionales dotes de bondad e inteligencia de la muchacha. Y los dos jóvenes se casan. Como ocurre siempre en Fontane, el poder de sugestión de esta primera obra reside en la pintura del ambiente y en la característica representación de los personajes particulares a través de su vida doméstica. Encontramos ya en esta primera novela, pese a la amplitud que estorba a la unidad interior, los méritos del arte descriptivo de Fontane y el calor humano que nos le hace tan simpático, tanto si su corazón palpita por «la real tierra de Prusia», como cuando se acerca, fraternal y comprensivo, al destino de tantas vidas humanas.
C. Basseggio y E. Rosenfeld