[Davanti San Guido]. Poesía de 29 cuartetas en endecasílabos rimados A B A B, de Giosué Cardueci (1835-1907). Forma parte de las Rimas nuevas (v.). El poeta recorre en tren la Marisma toscana, cuando «los cipreses que a Bolgheri altos y esbeltos / van de San Guido en doble fila» le salen al encuentro, le invitan a quedarse en el lugar de su niñez. Pero aquel tiempo y aquella edad han pasado: hoy es un hombre célebre por su doctrina y su arte. Sin embargo su vida, como la de todos los hombres de pensamiento, es triste y los cipreses se apiadan de ella. Quédese: mañana, en el inmóvil y silente mediodía, el dios Pan «con la divina armonía» de su zampoña, le hará olvidar las amarguras de sus cuidados. Pero el poeta debe proseguir: más allá de los Apeninos le espera su hijita, Titti, que es como un pajarito, pero que no se viste de plumas y «que no come precisamente bayas», y el poeta debe mantenerla con su duro trabajo: «¡adiós, cipreses, adiós, dulce llanura mía!».
Y mientras los cipreses huyen, se presenta a su fantasía otra imagen de su infancia: le parece ver descender desde la cima «alta, solemne, vestida de negro» a la abuela Lucía, que solía contarle el cuento de hadas («Siete pares de zapatos he gastado…») y hoy, más que nunca, el cuento le parece verdad al «hombre sabio», que siente que cuanto ha buscado se encuentra allí, bajo aquellos cipreses o en el cementerio de abuela Lucía. Ante San Guido es una de las poesías que mejor caracterizan el clima lírico y psicológico de las Rimas nuevas las cuales, después del paréntesis tempestuoso de los Yambos y epodos (v.), señalan la vuelta de Carducci al mundo de los afectos y de los recuerdos, a los temas románticos, que el poeta se complace en tratar con familiaridad de lenguaje y con técnica amiga del contrapunto, bajo el signo de Heine. Es en sustancia una elegía de la infancia, desenvuelta con viva y complacida variedad de situaciones y de tonos, en la que se inserta el tema romántico de apartamiento que purificado en el motivo «pánico» insiste en la dulce y desesperada conseja popular y en el desconsolado comentario del poeta. El engarce de los temas es rápido y descubierto, pero el armonioso equilibrio de las partes en la variedad de movimientos es casi perfecto.
D. Mattalía