Novela de Stefan Zweig (1881- 1942), publicada en 1921. Un buen médico alemán, que ha estropeado su carrera por el amor de una criatura fría y altanera, acepta un cargo por seis años en las Indias Holandesas. La naturaleza tropical y la aburrida compañía de los pocos empleados europeos le impulsan a retirarse en la soledad, dedicado al whisky, enfermo de nostalgia del Occidente. Allí va a buscarlo una «lady» para que le libre del hijo que espera; la orgullosa y mercantil seguridad de ella le llena de rabia; es como el amok, la locura de los malasios, que de improviso se apodera del indígena y le hace correr exaltado, matando cuanto encuentra, hasta que cae con los nervios destrozados. El médico sigue a la mujer hasta la Residencia, pero cuando le brinda sus servicios, está ya moribunda por haber recurrido a una hechicera. El marido quiere hacer transportar el cadáver a Europa y el médico, temiendo que quiera hacer la autopsia, se precipita al mar con el ataúd, para salvar el honor de la muerta. El autor imagina que el relato se lo hizo el propio médico antes de morir, según una técnica narrativa y un tono que recuerdan a Dostoievski y a Kleist, los mismos que empleó incluso en ensayos críticos (v. Tres maestros). Encontramos en ésta, que es una de sus primeras novelas, la representación más febril y concentrada de lo que constituye el eje de toda su producción artística y literaria: la pasión como fuerza demoníaca y destructora del hombre. [Trad. española de M. L. Morales (Barcelona, 1933).]
L. Vertova