[Addio amore]. Novela de Matilde Serao (1856-1927), publicada en el año 1890- La protagonista es una jovencita, Anna Acquaviva, de familia procer napolitana, que ha quedado, junto con su hermana Laura, huérfana de padre y bajo la tutela de don Cesare Dias; un solterón de ánimo glacial y de vida fácil, a quien su amigo de juventud ha dejado aquel encargo enojoso. Anna se enamora perdidamente de Giustino, joven de condición modesta, de honradez apocada y de sentimientos nobles pero irresolutos. Para librarse del peso de los familiares, hostiles a aquel matrimonio poco conveniente, le induce a que huya con ella, atraída por el sueño de llevar lejos, a Oriente, su amor apasionado. Pero la misma noche de la fuga, cuando la pareja se ha detenido en Pompeya, Giustino se ve obligado a declarar que no se encuentra con ánimos para enfrentarse con lo desconocido y que ha avisado a Dias; y éste, que llega de allí a poco, acompaña a Anna a su casa. En vano el amigo de familia, movido a compasión por el extravío de la joven- cita y por el deseo de librarse de aquella difícil tutela, le propone un matrimonio más conveniente con el joven patricio Luigi Caracciolo, que está enamorado de ella.
Anna resiste, se encierra por completo en una vida de ardiente sentimentalismo que encuentra su ambiente natural en una quinta familiar, en Sorrento, llena de los queridos y sagrados recuerdos de su madre muerta. Y en este estado de fantasía febril, alimenta en secreto una pasión por el tutor cuarentón. Cesare la esquiva, pero al fin se ve obligado a ceder a los insistentes requerimientos de la muchacha, con la condición de que él, en cuanto se convierta en su marido, quedará libre de toda obligación de vida correcta. El entusiasmo la mueve a consentir; pero cuando se entera de las relaciones entre él y su hermana Laura, a la que Anna desprecia y a quien Cesare obliga a callar, se mata desesperada en casa del fiel Caracciolo, para hacer posible, con este acto que ella imagina que puede parecer infame, que se salve la reputación de quienes se aman verdaderamente. Anna es la heroína típica y desventurada de las novelas de la Serao; amante por pasión y sometiéndolo todo a ella: su prestigio familiar, su honor, su porvenir. El amor es la única fuerza que la dirige y decide sus crisis. Frente a ella, en franca oposición, están Laura, qué la ama fríamente y cuya vida afectiva y moral no tiene nada en común con la de su hermana: Cesare, sólo capaz de corrección de formas y de cierta ternura convencional, glacial, vividor, mefistofélico, burlón; Giustino, tímido y confuso ante tal fuego de pasiones y a última hora inepto y miserable; la señora de compañía, Stella Martini, poco presente en la vida de la novela y que sólo consigue alguna nota afectuosa. La novela adolece de timidez psicológica, degenerando algunas veces incluso en parodia, y carece de verdadera fuerza dramática. Fresco y vivo el ambiente, en especial el de Sorrento.
G. Marzot