La obra ilustra los engranajes de un gobierno totalitario. La acción tiene lugar en un futuro próximo del mundo (el año 1984) en el que el poder está concentrado en tres descomunales superestados: Oceanía, Eurasia y Estasia.
Londres es la principal ciudad de Oceanía. En la cúspide del poder político de Oceanía se encuentra el Gran Hermano, omnisciente e infalible, al que nadie ha visto en persona. Por debajo de él están el Partido interno, el externo y la gran masa de los súbditos. Por doquier pueden verse grandes anuncios con el rostro del Gran Hermano. Los eslóganes políticos recurrentes son: «La paz es la guerra», «La libertad es la esclavitud» y «La ignorancia es fuerza». El Ministerio de la Verdad, donde trabaja Winston Smith, el personaje principal, tiene el cometido de censurar los libros y periódicos que no estén en la línea de la política oficial, de modificar la Historia y de reducir las posibilidades expresivas de la lengua.
Por cuanto sea tenido bajo el control de las telecámaras, Smith comienza a llevar una existencia inspirada en principios opuestos a los del régimen: lleva un diario secreto, reconstruye el pasado, se enamora de una compañera de trabajo, Julia, y concede cada vez más espacio a los sentimientos individuales. Junto con un compañero de trabajo, O’Brien, Smith y Julia comienzan a colaborar con una organización clandestina, conocida como Liga de la Fraternidad. Sin embargo, ignoran que O’Brien es un espía doble y que está a punto de traicionarlos. Smith es arrestado, sometido a torturas y a un incalificable proceso de degradación.
Al término de dicho tratamiento, se ve obligado a denunciar a Julia. Finalmente O’Brien revela a Smith que no es suficiente con confesar y someterse: el Gran Hermano quiere también poseer el alma y el corazón de cada súbdito antes de someterlo a la muerte.