Hiawatha

Héroe del folklore indo- americano y protagonista del poema épico El canto de Hiawatha (v.), compuesto so­bre el modelo del Kalevala (v.) finés, del autor americano Henry Wadsworth Longfellow (1807-1882).

En este poema, que se funda en las leyendas indias, Hiawatha ha sido enviado por el «Gran Espíritu» a en­señar a los hombres, que hasta entonces han estado siempre en guerra, las artes de la paz. Milagrosamente nacido de la unión del viento del Oeste con una Estrella caída, Hiawatha ha aprendido el lenguaje de las aves y de los animales y se ha casado con la dulce Minnehaha (Agua Sonriente), que habrá de morir más tarde durante una épo­ca de sequía. Después de haber destruido a los enemigos de su pueblo, Hiawatha en­seña a los hombres un sinfín de cosas: construye la primera canoa, inventa el arte de la pesca, combate victoriosamente contra el hechicero que personifica la enfermedad y la muerte y convoca a los jóvenes a la cosecha del grano.

Después que ha recibido amistosamente y con cristiana paciencia a los blancos que deben suplantar en el con­tinente a los indios, su divina misión en la tierra ha quedado cumplida, y Hiawatha pone rumbo hacia las Islas de los bienaventurados. El héroe de esta leyenda, Hiawatha, semidiós, profeta y hombre de Estado de la tribu de los Mohawk, había pertenecido a un denso mundo primitivo, tan alejado de la moral cristiana como de la psicología europea, en el cual la noción del «carácter» individual no existía. El autor adapta este Prometeo (v.) indio al uso de sus lectores gentiles, dotándole de virtudes cristianas y de sentimientos tomados de la conven­cional literatura inglesa de fines del siglo XVIII: el infantil amor por la Naturaleza, la perplejidad del joven enamorado, la fe­licidad del recién casado y la gravedad del sabio del pueblo.

Pero estos sentimientos carecen de fuerza y de vida íntima, y su suma no constituye ni la fisonomía de un blanco ni el aspecto fantástico de un indio, sino sencillamente la antología sentimental de un «dilettante». El poema de Hiawatha sobrevive por razones poéticas y pedagó­gicas; el personaje de Hiawatha se ha convertido en una institución escénica en las películas de Hollywood sobre el Oeste: la figura del indio convencional.

S. Geist