Obra histórica publicada en Barcelona en 1623. y precedida posiblemente de otra edición, hoy desconocida, de 1620 (como se deduce de la fecha de la dedicatoria), sin contar con una redacción manuscrita precedente que lleva por título Empresas y victorias alcanzadas por el valor de pocos catalanes y aragoneses contra los imperios de turcos y griegos.
Apasionado investigador de los acontecimientos en que habían tomado parte los Monteada, en los pasados siglos, el autor, como hombre de acción e historiador, hace revivir la célebre expedición (1302-1313) de algunos millares de soldados que, con Roger de Flor, Berenguer de Entenga, Berenguer de Rocafort y Ferrán Jiménez de Arenos, durante el reinado de Jaime II de Aragón, lucharon contra los turcos, al servicio del emperador de Constantinopla. Por sus valerosos hechos, los jefes catalanes y aragoneses, pronto recibieron dones y cargos imperiales, pero al incumplir algunos pactos los griegos, se creó una profunda oposición. Los genoveses de Pera, alegando los peligros de una expedición del Occidente, incitaron al emperador Andrónico a desconfiar de los catalanes y que les declarara la guerra; de igual modo se declaró contra éstos Miguel Paleólogo.
Debido a nuevas dificultades relativas al sueldo de las tropas, se hicieron cada vez más violentas las disensiones entre catalanes y griegos, hasta que Roger, que había sido el más favorecido por las recompensas y cargos, fue asesinado por los alanos mientras comía con el Paleólogo. Catalanes y aragoneses luchan denodadamente contra los griegos. Encerrado en Gallípoli, Berenguer de Entenga y otros jefes envían embajadores a Constantinopla para intentar un arreglo con el emperador, pero los emisarios son hechos prisioneros y bárbaramente ejecutados. El propio Berenguer cae en poder de los genoveses, que poco después lo dejan en libertad. Entre nuevas luchas, los aragoneses y catalanes no pierden el ánimo y esperan la llegada de refuerzos de Sicilia. Tras diversas alternativas, en las que destaca el heroísmo de muchos combatientes, entra Rocafort al servicio de Thibaud de Sipoys, mientras otros guerreros van al Negroponto con las galeras venecianas. Finalmente los catalanes rinden fidelidad al duque de Atenas, como mercenarios, y pasan a Tesalia y Acaya. Pero el duque no les paga el sueldo, y vuelven a desatarse disensiones y luchas sangrientas; en definitiva, los catalanes resuelven regresar a su patria.
Asimismo, los turcos que habían estado con ellos dejan el servicio y luchan con los griegos. En virtud de ello, termina diciendo Monteada, a lo largo de ciento cincuenta años, los descendientes de los catalanes y de los aragoneses evidenciaron en aquel país el valor ibérico. La obra, elocuente en muchos pasajes, y con frecuencia entregada al hechizo de la narración, se basa en obras bizantinas y sobre todo en los capítulos CXCIV-CCXLIII de la Crónica (v.) de Ramón Muntaner. Esta reconstrucción de un momento de la Edad Media se puede considerar como uno de los más significativos documentos literarios de la historiografía española del Renacimiento, a pesar de que, en diversos momentos, la intención retórica, de origen humanístico, parece guiar la elaboración de las fuentes, más que indagar directamente los hechos concretos.
C. Cordié