[Krest’janin i Krest’janskij trud]. Ensayo de literatura social del escritor ruso Gleb Ivanovic Uspenskij (1840-1902), publicado en 1882. Este ensayo es la conclusión de cuanto Uspenskij, célebre ilustrador de la vida rural rusa, escribió en torno a dicho tema. Aun no dejando de señalar los terribles efectos de la ignorancia, de la miseria y del vodka, las tres grandes plagas de la campaña rusa en el siglo XIX, el escritor muestra el lado poético de la vida del aldeano y de su carácter. En torno a la figura principal del libro, el pequeño propietario Ivan Ermolaevic, el escritor consigue crear un hálito de poesía triste y grandiosa. Después de haber mostrado lo cerrado y limitado que es el mundo de Ivan Ermolaevic en la sucesión de las estaciones, en la alternación de los trabajos, por el grano y por el heno, por la siembra y la recolección, Uspenskij ve la vida de Ivan Ermoalevic como un ciclo monótono de fatigas y cansancios para llevar adelante a sí mismo y a los hijos hasta el puerto de la muerte. Ivan Ermolaevic no podría ciertamente soportar una vida tal, si no le procurase especiales satisfacciones advertidas por él solo y celosamente custodiadas con el temor de que cualquier acontecimiento se las quite.
Con un episodio en el que se ve pasar a Ivan malos días, por el sencillo hecho que uno de sus terneros no come lo que comen los demás, Uspenskij cree comprender el alma del aldeano y le parece que en el fondo es un artista celosamente ligado a su mundo, hecho de tierra, de raíces, de primaveras y de otoños, de nacimientos y muertes. Es esta natural sujeción a la tierra, y a sus inmediatas y múltiples manifestaciones, la que llena la vida del aldeano y le ha permitido soportar siglos de ignorancia y de injusticia, sin rebelarse casi nunca, es esta misma sujeción la que le lleva a rechazar cualquier forma de intrusión por parte del Estado en su vida. Pero es imposible detener el curso de la civilización; Uspenskij lo comprende y sugiere que el cambio inevitable se produzca pronto poniendo fin al período de confusión que reinó en la organización agrícola rusa de los últimos decenios del siglo pasado. La intensidad del sentimiento y la profunda convicción confieren a la obra una especie de brusca elocuencia, una poderosa eficacia, que explican su amplia fama y la difusión que tuvo en los ambiente literarios de su tiempo.
G. Kraisky