[Wie Gertrud ihre Kinder lehrt]. Obra pedagógica de Heinrich Pestalozzi (1746- 1827), publicada en 1801, en la cual el autor, en catorce cartas dirigidas a su amigo y editor Heinrich Gessner, expone prácticamente su método de enseñanza. La obra lleva el subtítulo: «Un intento de dar a la madre la posibilidad de educar a sus hijos»; Gertrudis no es más que un nombre, símbolo de la madre, sacado de la famosa novela del mismo autor Leonardo y Gertrudis (v.). Las primeras cartas autobiográficas muestran cómo en el ánimo del autor, que durante la realización de su utopía pasó por desilusiones, miserias y remordimientos, jamás faltó el impulso que le empujaba a querer liberar a su pueblo de la abyección, mediante- una reforma pedagógico social. La escuela de entonces estaba confiada a un maestro cualquiera que, sin ninguna capacidad, reunía a los muchachos enseñándoles las letras del alfabeto y algunas nociones de memoria. En la cuarta carta, Pestalozzi introduce su nuevo método, llamado «intuitivo», que consta de tres momentos: descomponer la materia de enseñanza en sus elementos simples, hacerlos sensibles y por tanto adecuados a la experiencia infantil, y finalmente hacerlos asimilar orgánicamente dándoles una existencia concreta en la vida del niño. En la sexta carta define los tres elementos de la «intuición»: palabra, forma, número.
La séptima y octava desarrollan el método que a éstos corresponde: una parte importante tienen la nomenclatura, la descomposición de sílabas y el estudio del lenguaje, que debe adquirirse orgánicamente; la intuición de la forma lleva al arte de la medida, del dibujo y de la escritura; el número conduce a los «resultados infalibles», pero no debe ser enseñado en su abstracción, sino partiendo de la experiencia que nos enseña a aumentar y disminuir de una o más unidades. La novena carta contiene una vivaz crítica de los métodos hasta entonces vigentes en las escuelas. En la décima se manifiesta el protestantismo del autor, que tiende a una condensada forma de pietismo e invoca la directa y necesaria gracia iluminadora de Dios. En la doceava está el proyecto de una escuela profesional, y las últimas se elevan hacia un alto sentido religioso, que las envuelve a todas: la madre, desde la cuna, tiene la sublime tarea de revelar el mundo como creación de Dios, de despertar en el niño, desde un principio, el amor por la verdad que le llevará luego a realizar en sí mismo la actividad divina de la razón. La importancia de este libro no radica tanto en la exposición de los métodos didácticos, como en haber sentido Pestalozzi la necesidad de un método que, independientemente de la cultura del profesor, pueda ser eficaz por sí mismo, y, sobre todo, en haberlo encuadrado en una armónica concepción universal, enlazándolo con las leyes éticas y el sentido religioso de la vida. La pedagogía de Pestalozzi domina todo el siglo XIX. [Trad. del francés por J. B. Zubiaur (Buenos Aires, 1888) y directamente del alemán por José Tadeo Sepúlveda (Leipzig, 1888). Existe una traducción más reciente bajo el título Cómo Gertrudis enseña a sus hijos (Madrid, 1902)].
G. F. Ajroldi