[Ett resande Teatersállskap]. Es un vivacísimo «vaudeville», en tres actos, compuesto en 1842 por el comediógrafo sueco August Blanche (1811-1868). La materia cómica está tomada de lo que le ocurre a una compañía de cómicos de la legua que ponen en escena, con pocos medios, una tragedia en un pueblo del Smáland. El primer actor, Sjóvall, que es a la vez el autor dramático, se dedica al género trágico desde que un periódico de Borás — una ciudad insignificante — declaró solemnemente que «todas las comedias debieran destruirse, pues sería un descaro tomar a juego a los respetables borasianos haciéndoles reír y contorsionar hasta morir de risa». Para los actores que demandan su paga, para el tabernero y los acreedores que quieren lo que se les debe, para todos los contratiempos que amenazan el espectáculo, el primer actor tiene siempre pronto un remedio o una salida: es artista más consumado en la comedia de la vida que en el escenario.
Así, pues, aprovechándose con gracia de un accidente imprevisto, logra convencer al viejo Grástróm, el padre airado contra el hijo, muchacho que se ha enamorado perdidamente, como en la comedia antigua, de la cómica Josefina, para que dé su consentimiento a la boda. De este modo sale de apuros, emparentando con el bronco y simple, pero rico peletero. El «vaudeville» es una adaptación de la Novela cómica, de Dennery, Cormon y Romain, quienes, a su vez, no hicieron sino dramatizar la obra de Scarron (v.), que lleva el mismo nombre. Pero es una adaptación original, tan festiva y llena de brío, que se reputa como la mejor obra cómica sueca del siglo XIX, y es todavía popular. Experto hombre de teatro y agudo y espiritual observador, Blanche supo dar nueva frescura y colorido a viejas convenciones teatrales y a motivos antiguos, y creó, con Sjóvall, un personaje de gran relieve.
V. Santoli