Novela en 5 libros
En el Libro primero (De la inestimable vida del gran Gargantúa, padre de Pantagruel, publicado en 1534 bajo el seudónimo de Alcofibras Nassier), la acción se desarrolla en Francia, a las orillas del Loira y en París. De Grandgousier y de Gargamelle, grandes comilones, nace Gargantúa. Durante una alegre fiesta en los campos de la Sulsaie, cerca de Chinon, el recién nacido, apenas acabado de nacer por la oreja derecha de su madre, pide a grandes voces de beber. El resto de su infancia no desmerece de este comienzo ni de sus gigantescas dimensiones: un rebaño de 17.913 vacas lecheras para criarlo, 900 varas de tela para una sola camisa, y así sucesivamente.
Confiado luego a doctos y pedantes maestros representantes de la pedagogía medieval y pese a su buena voluntad, Gargantúa no consigue aprender nada, pasando a convertirse para siempre en un perezoso. Grandgousier decide entonces enviarlo a París con Panocrates, un educador que sigue el antiguo ideal de una formación armoniosa del cuerpo y del espíritu. En la capital, Gargantúa hace una entrada sensacional a lomos de una gigantesca cabalgadura, para adornar la cual arranca las campanas de Notre-Dame. Mientras completa su educación, estalla la guerra entre los súbditos de Picrochole y los de Grandgousier por razón de una disputa entre sus respectivos mercaderes de bollos.
El más belicoso entre los dos reyes resulta ser Picrochole, que obtiene algunas victorias, mientras que Grandgousier ofrece la paz. Pero Picrochole, mal aconsejado por ambiciosos ministros, prosigue la ofensiva. Gargantúa acude entonces en socorro de su padre y, en pocos días, desbarata a los enemigos, favorecido por sus grandes dimensiones y secundado por un heroico fraile, el hermano Jean des Entommeures. Tras la victoria, Gargantúa da prueba de una profunda humanidad para con el pueblo vencido y expone, en un hermoso discurso, las ventajas políticas de la generosidad. Recompensa, a continuación, a sus compañeros con donaciones. Por consejo del hermano Jean hace erigir la abadía de Théléme, en la que hombres y mujeres vivirán felices y en perfecta armonía siguiendo una sola regla: «haz lo que quieras».
El Libro segundo, el primero en orden de publicación (1532), se titula Pantagruel, rey de los Dipsodas, restituido a su natural con sus hechos y proezas espantables. Pantagruel nace de Gargantúa y Badebec, que muere al darlo a luz, y revela muy pronto un insaciable apetito y una fuerza prodigiosa. Cuando se hace más grande, su padre decide instruirlo haciéndolo recorrer las más importantes ciudades universitarias. Después de Poitiers, Burdeos, Toulouse, Montpellier, Aviñón, Borges y Orleáns, Pantagruel llega a París donde empieza a estudiar «las siete artes liberales» y recibe de Gargantúa una bellísima carta en la que éste le expone sus ideas sobre educación.
Aquí encuentra a quien será el inseparable compañero de su vida, Panurgo, pobre pero dotado de astucia y de una inventiva sin escrúpulos. Pero los estudios de Pantagruel se ven interrumpidos por la necesidad de retornar a su patria para combatir a los Dipsodas que, aprovechándose de un traslado de Gargantúa, habían saqueado una zona del país de la Utopía y estaban asediando la capital de los Amaurotas. Pantagruel, Panurgo y sus compañeros arriban por mar: Panurgo captura a lazo a 600 caballeros enemigos y Pantagruel masacra a 300 gigantes utilizando como cachiporra a su propio jefe Loup-Garou (Licántropo). Tras esta victoria, Pantagruel invade las tierras de los Dipsodas y el maestro Alcofibras, el autor, aprovechando el hecho de que su héroe ha extendido la lengua a modo de paraguas sobre un batallón para resguardarlo de la lluvia, se introduce en su boca, donde encuentra una bella región boscosa cultivada con amor por sus habitantes. Cuando sale, Pantagruel le informa que ha derrotado a los Dipsodas.
En el Libro tercero (De los hechos y dichos heroicos del buen Pantagruel, 1546) Pantagruel, una vez llevada a término la conquista de la Dipsodia, transporta a este país a una colonia de utopianos y el autor aprovecha la ocasión para hacer la loa del liberalismo en materia de colonización. Panurgo, que ha entrado en posesión mientras tanto de una sustanciosa fortuna, la dilapida en dos semanas y replica a los reproches de Pantagruel con un elogio del despilfarro y de las deudas. Acto seguido anuncia su intención de tomar mujer, pero duda acerca de lo acertado de su decisión. Tampoco Pantagruel sabe qué aconsejarle.
Con el fin de salir de esta incertidumbre deciden entonces recurrir a todos los medios posibles para conocer el futuro. Consultan a la sibila de Panzoust, al viejo poeta Raminagrobis y al astrólogo Herr Trippa. Sin embargo, estas consultas individuales no resuelven el problema. Reúnen por tal razón a un grupo de sabios, formado por el teólogo Hippoothadée, el médico Rondibilis y el filósofo escéptico Trouillogan, ante el juez Bridoye, célebre por decidir el veredicto de los procesos con el juego de dados. En desacuerdo con la interpretación de los resultados de esta consulta, Pantagruel y Panurgo resuelven partir para ir a consultar al oráculo de la Diosa Botella.
El Libro cuarto (1548-52) es la historia de la expedición de Pantagruel y de Panurgo. Se embarcan junto con sus compañeros hacia el puerto de Thalasse y tras la reyerta de Panurgo, en los primeros días de viaje, con un mercader de carneros que va a parar al mar con su rebaño, se suceden diversas escalas en los países más extraños, entre ellos: la isla de los Chicquanous (litigantes), que ofrece al autor la ocasión para realizar una sátira de los leguleyos; la isla de los Papahigos (protestantes que no respetan al Papa); la isla de los Papímanos (católicos que adoran al Papa). Llegados finalmente al límite del mar Glacial, los navegantes oyen de repente palabras y gritos lanzados durante una batalla librada el año antes y que, habiéndose helado, se dejan sentir ahora gracias al deshielo.
En 1564 (diez años después de la muerte de Rabelais) apareció, en su forma definitiva, el Libro quinto, cuya autenticidad es todavía hoy discutida. El viaje de Pantagruel y Panurgo hacia el oráculo de la Diosa Botella prosigue. Después de la visita a la isla Sonante, que representa a la Curia romana, donde Panurgo, tras ser admitido en la audiendia pontificia, pronuncia frases de una insolencia inaudita, los viajeros realizan una parada en el reino de la Quintaesencia, país de ideas puras y de abstracciones, que brinda a Rabelais la ocasión de lanzar un ataque contra la Sorbona, Luego, a través de la isla de Hodos y del país de Satén, arriban al reino de Linternes, donde se encuentra el templo de la Diosa Botella. Panurgo es presentado por la sacerdotisa Bacbuc al oráculo, el cual pronuncia una sola palabra: «Trinch» (Bebe). Panurgo es pues así invitado, acaso con la ayuda de un buen vino, a decidir por sí solo si debe o no tomar esposa.