El corregidor, alcalde de una pequeña ciudad española, se ha quedado perdidamente enamorado de la señá Frasquita, la mujer del molinero tío Lucas. Tras hacer encarcelar con un pretexto baladí al marido, acude al molino, pero queda todo mojado al caerse en un caz. En tanto sus ropas se secan, la señá Frasquita consigue escapar y corre a la ciudad, pero mientras tanto, el molinero también ha escapado del pajar donde le metieron y se dirige de regreso al molino. A
quí descubre las ropas del Corregidor, ropas que pronto se enfunda para devolverle la ofensa; pero la Corregidora se niega a recibirlo, al tomarlo por el verdadero alcalde y suponerlo de vuelta de sus aventuras amatorias. A la mañana siguiente, el Alcalde regresa a la casa consistorial, ataviado con las ropas del molinero, y está en un tris de verse arrestado por la guardia civil que anda todavía tras los pasos del molinero huido. Por último, en presencia de todos los protagonistas, y con general satisfacción, se aclaran todos los equívocos.