[Der Heilige von Padua]. Pequeño poema de Wilhelm Busch (1832-1908), publicado en Lahr el año 1870. Está dividido en diez episodios precedidos de un exordio, también en verso, e ilustrado por el autor.
Cuenta burlescamente la historia del Santo de Padua, cuya leyenda está mezclada con la de San Antonio abad, protector de los animales. El amor hacia los animales, que inspiró al poeta dibujante en las deliciosas figuras de la mona Fipps y de los perros Plisch y Pumm, crea aquí episodios muy agradables: «Pequeña», la gallina que los viernes pone un huevo, entre el heno, para Tonio; el caso, que ha sido condenado a llevar un pedrusco sobre sus lomos por haber devorado el asno del Santo; el cerdito que entra feliz en el Paraíso, con el Santo, por haber sido su inseparable compañero en su soledad, todos viven una vida verdadera, la buena vida burguesa. Y como en las otras obras, se desarrolla en una atmósfera hogareña; hasta la Virgen, que viene a consolar al Santo después de la tentación, tiene el aire de una buena «Frau» de la vieja alemania.
Como justamente señala Romagnoli, el poema no encierra ningún sarcasmo volteriano, ni, como El padre Filicius, se vuelve contra el Catolicismo; antes bien, es una apacible fábula con un atisbo de sátira, no malintencionada, contra la hipocresía santurrona. El estilo ágil, malicioso y amable, recuerda el de sus dibujos, los cuales a su vez recuerdan el arte realista de algunos flamencos, captando el rostro y la naturaleza en sus rasgos característicos y fijando en caricatura su espíritu, sin caer nunca en la trivialidad.
N. Inghilleri di Villadauro