Obra celestinesca en quince escenas y en prosa de autor desconocido. Se publicó, por primera vez, en Valencia, en 1521, junto con la Comedia llamada Ypólita (v.) y la Comedia llamada Seraphina (v.) y, por segunda vez, junto con la última de ellas, en Sevilla, en 1546. La acción, procaz y desenfrenada, se pierde en el laberinto de largos razonamientos y episodios laterales, como los amores del paje Aminthas con Franquila, la esposa de un mercader; con Sergia; con Claudia, doncella de Cantaflua; etc. Berintho, hijo del duque de Tebas, después de haber ejercitado su valor por diversos reinos, llega a Castilla, en donde se enamora de Cantaflua, doncella huérfana y «dotada de extremada hermosura y de incomparable honestidad y virtud, muy rica de posesiones, nacida de ilustre generación y acompañada de muchos parientes y nobles». Cantaflua, dominada por sus principios morales, resiste el asedio de Berintho por espacio de tres años, hasta que, por intervención de Franquila, se entrega al enamorado y se casa, más tarde, con él. El estilo, que en las escenas cómicas revela una gran naturalidad, resulta enfático cuando el autor pretende ser solemne y sentimental.
La obra contiene numerosas referencias eruditas y latinismos no siempre oportunos (usa demulcir por «ablandar», solercia por «discreción o prudencia», etc.). Por otra parte, es un rico arsenal de modismos, giros y proverbios populares. Los personajes están trazados con habilidad, en especial Gualterio, el cual conserva los rasgos esenciales de su modelo, el Centurio de la Celestina (v.), pero abultados hasta la caricatura, y añade otros nuevos, muy curiosos para la historia de las costumbres de la época.