El «Fastnachtspiel», o sea, comedia de carnaval o espectáculo precuaresmal, es un género de teatro popular profano que floreció en los siglos XV y XVI en alemania. Ya en Francia era costumbre, el último día de carnaval, organizar un cortejo de jóvenes enmascarados que representaban diversos tipos, caracterizados con emblemas satíricos de clases sociales y profesiones. Había una figura central constante (la Muerte o, también, Venus), en torno a la cual se desenvolvía un diálogo que a veces se organizaba a base de un rudimentario argumento. Esta práctica se llamaba «sottie». En alemania, diversos elementos populares afines, como las fiestas para el equinoccio de primavera, los cortejos de máscaras del martes de carnaval, los bailes y los juegos al aire libre, las representaciones bufas con las figuras típicas del charlatán vendedor de ungüentos y del mercader, el teatro de marionetas, etc., ayudaron a crear sin influencias sensibles de la comedia clásica, una forma autónoma, bien definida y orgánica de espectáculo popular, con carácter de farsa que se llamó precisamente «Fastnachtspiel». Los argumentos del «Fastnachtspiel» consisten, por lo común, en un proceso cómico, un episodio de la vida conyugal, los engaños de un médico charlatán, bodas de campesinos, o toda clase de picardías, juegos, burlas, pendencias, etcétera.
Los temas están tomados a veces de la leyenda germánica (por ejemplo, Teodorico de Verona), de los cuentos populares, o de la tradición antigua (por ejemplo, el Juicio de Paris), o bien no son más que una sátira social dirigida a revelar la corrupción de los clérigos, a burlarse de la bobería de los campesinos, a fustigar las presunciones caballerescas, etc. La representación se efectuaba en casas particulares, o entre los socios, en círculos de recreo, o en tabernas o, finalmente, en la plaza pública. La forma métrica habitual es el «Knittelvers», o sea, versos de rima alternada, sin acentuación fija; la lengua es casi siempre la de la ciudad donde se celebra el espectáculo; el estilo es generalmente sencillo, rudo, cargado de color y a menudo obsceno (excepto en Hans Sachs); los autores, hasta el siglo XVI, son desconocidos, a excepción de los dos predecesores de Hans Sachs en Nuremberg; las regiones de alemania en que más difundido fue este género, son las del Sur y Sudoeste, con Maguncia, Hamburgo, Nórdlingen, Esslingen, Ulm, Suiza, Baviera, el Tirol, Austria y Nuremberg. Los más antiguos «Fastnachtspiele» son los juegos de burlas y farsas grotescas atribuidas a Neidhart von Reuenthal (el original «minnesánger», que vivió aproximadamente de 1180 a 1250), el más importante de los cuales es el llamado Gran espectáculo tirolés de Neidhart, del siglo XV, que cuenta con más de 2.200 versos y saca a escena 68 personajes. Contemporáneos de éstos son los Fastnachtspiele de Vipiten, sobre médicos charlatanes, procesos de muchachas seducidas y conflictos conyugales, leyendas de la tradición popular germánica y escenas de campesinos.
También Lübeck nos ha transmitido sus 73 ejemplos de este género teatral, que se remontan al siglo XV y principios del XVI y tienen un tono más serio y más dramático que los demás; tratan temas de la tradición clásica (el Juicio de Paris, el Vellocino de Oro) y de la germánica, de las fábulas de animales y, finalmente, de burlas populares. El más clásico «Fastsnachtspiel» es, sin duda, el que floreció en Nuremberg y al cual contribuyeron Hans Rosenplüt (mediados del siglo XV), que dió forma más orgánica y más seria a la representación, tratando con vena popular temas de historia antigua y hasta de historia contemporánea con visos de polémica política (El «Fastnachtspiel» del turco). Hans Folz (m. en 1515), barbero y maestro cantor llegado de Worms a Nuremberg, que refino la forma observando las leyes métricas y animando la acción con humorísticas observaciones de la realidad, sin rehuir los argumentos serios (Del Antiguo y del Nuevo Testamento); y, finalmente, Hans Sachs (1494-1576), el mayor autor de este género. Hans Sachs tuvo en el propio Nuremberg un imitador y continuador en Jacob Ayrer (m. en 1605), quien para sus espectáculos se inspiró especialmente en las burlas populares y en el De- camerón (v.), mezclando elementos del humanismo, del teatro ambulante inglés y del pueblo (Proceso contra la tiranía de la reina Podagra, entre cuyos personajes figuran Hans Sachs y Petrarca). También en Suiza el «Fastnachtspiel» fue cultivado con buen éxito, pero, a causa de las pasiones populares desencadenadas por la Reforma, alcanzó la categoría de un drama serio, moralizante y polémico, de contenido principalmente religioso, y en muchas ocasiones incluso confesional. Así, Pamphilus Gegenbach (m. en 1525), que volvió en 1515, de Nuremberg a Basilea su patria, fustiga con su sátira de propósito educativo los vicios morales y políticos de su tiempo (Las diez edades de este mundo, 1515; Nollhart, 1515; El campo de los locos, v., 1516).
Más fecundo que él fue Nikolaus Manuel (1484-1530), de Berna, pintor, poeta y hombre de partido, se expansiona en una serie de «Fastnachtspiele» que tienen una franca tendencia protestante y polémica contra las instituciones de la Iglesia católica, la codicia del Papa y del clero, el abuso de las indulgencias (Del Papa y de su clericalla, 1522; Debate entre el Papa y Cristo, v., 1522; El mercader de indulgencias, 1525), la manera de administrar la justicia (Elsli llevaniño, v., 1528), la inmoralidad de las órdenes religiosas (Barbali, 1528), etc. También de Hans Rudolf Manuel (m. 1571) se recuerda un «Fastnachtspiel» acerca de la utilidad y los daños del vino. Carácter confesional de tendencia protestante tienen también los relativamente escasos «Fastnachtspiele» surgidos aquí y allá en Alemania septentrional, como en Danzig, Kónigsberg, Stralsund, Riga. Del humanista Burkard Waldis (1490-1556) se recuerda, por ejemplo, una Parábola del hijo pródigo (1523) que mezcla en los «Fastnachtspiele» influencias clásicas especialmente de Terencio y, utilizando en la distribución por actos los progresos técnicos del humanismo, se propone hacer una obra de edificación sobre el tema de la justificación por la fe.
En otra parte de alemania, en Alsacia, Jórg Wickram (m. hacia 1562), utilizó el «Fastnachtspiel» como sátira social sobre el fondo ideal del catolicismo romano (El fiel Eckard, 1532). Después de este florecimiento que se extiende hasta cerca de la mitad del siglo XVI, el «Fastnachtspiel» cae en desuso. De inspiración literaria son las acciones escénicas al estilo de los «espectáculos precuaresmales», escritos durante la época del «Sturm und Drang» y del Romanticismo, entre los cuales los de Goethe (v. El sátiro o el demonio del bosque divinizado, 1773; La fiera de Plundersweilen, 1773; Carnavalada del padre Brey, 1773), todos con finalidad satírica, y el de A. W. Schlegel (Un muy divertido «Fastnachtspiel» del viejo y del nuevo siglo, 1801).
M. Pensa