La Avarquida, Luigi Alamanni

[L’Avarchide]. Poema caballeresco en 25 cantos de Luigi Alamanni, florentino (1495-1556), compuesto en los últimos años de su vida y publicado des­pués de su muerte en Florencia en 1570, dedicado a Margarita de Francia, duquesa de Saboya y del Berry. Arturo (rey Artús, v.) asedia desde hace seis años con sus caballeros al valeroso Clodasso en la ciudad de Avarca (hoy Bourges), la antigua Avaricum latina que aparece en la Guerra de las Galias (v.) de Julio César: de aquí el título del poema. A consecuencia de un des­acuerdo entre Arturo y el más fuerte de sus caballeros, Lancillotto (v. Lanzarote), este último, despechado, se retira con su fidelí­simo amigo Galealto (v. Galehaut) de la lu­cha, como el Aquiles homérico. El sitio con­tinúa con variada fortuna hasta que, perfilándose la derrota de Arturo, Galealto dice a Lancillotto que deben retornar a la lu­cha. Vuelve Galealto vestido con las armas del amigo y halla la muerte a manos del fortísimo yerno y campeón de Clodasso, Segurano.

Entonces Lancillotto, traspasado de vivísimo dolor vuelve a la batalla para ven­gar a su amigo, hiere a Segurano y un mes más tarde, Clodasso está en el campo de Arturo para rescatar el cadáver de Segura- no; el poema termina con la descripción de las honras fúnebres en honor del héroe caído. La Avarquida lleva a término la tentativa iniciada con Girone (v.) y aspira a ser una verdadera «Ilíada toscana», to­mando personajes y ambientes bretones tra­tados según el antiguo poema homérico. El poema, como el Girone, pertenece a la his­toria de las polémicas clasicistas y revela el gran esfuerzo de construcción regular que constituirá el gran mérito del Renacimien­to italiano y su espléndida, a la vez que pe­sadísima, herencia para los siglos sucesivos. En cuanto a los méritos artísticos del poe­ma, no van más allá de la pureza del habla toscana y el mérito de una elegancia exte­rior, cuando esa elegancia no decae para dejar paso al cansancio. Por lo demás, en cuanto a la pintura de caracteres, carece de nervio heroico, de solidez de construcción o de cualquier otro motivo o sentimiento de la realidad infundido en el oscuro asunto.

M. Sansone