El Rizo Robado, Alexander Pope

[The Rape of the Lock]. Poema en dos cantos, en dísticos heroicos, de Alexander Pope (1688-1744), publicado en 1812 en la Miscelánea [Miscellany] del editor Lintot, y más tarde ampliado en cinco cantos, en 1814.

El poema fue compuesto en una época en que Pope se hallaba, bajo el influjo de la musa ligera y galante de Vincent Voiture (1598-1648). El título, sólo el título, deriva de El cubo robado (v.) de Alessandro Tassoni (1565-1635); para lo sobrenatural recurrió Pope a los silfos y a los gnomos que el Abate de Villars, con gran satisfacción de los ro- sacrucianos, introdujo en el Conde de Gabalis (1670); Pope les añadió rasgos toma­dos de las tradiciones populares, a la ma­nera de William Shakespeare (1564-1616) en el Sueño de una noche de verano (v.). El poema es un fascinador «badinage» sobre una bagatela.

Habiendo logrado lord Petre cortar un pequeño rizo del cabello de miss Arabella Fermor, tuvieron las dos familias una cuestión que Pope creyó pacificar’ con su poemita. A diferencia del famoso Atril (v.) de Nicolás Boileau (1636-1711), que proporcionó a Pope el modelo inmediato para un poema heroicocómico basado sobre un incidente fútil — en el que el ambiente es una iglesia, y los protagonistas, canóni­gos y cantores de coro —, la escena del rizo es mucho más frívola: el dormitorio de una dama, una barca cargada de ninfas y de galantes pisaverdes navegando por un río en el que se reflejan amenas villas, un salón donde se conversa, se juega y se toma café. Precisamente mientras se toma el café, se corta el rizo de los cabellos de Belinda, y sigue una divertida guerra que termina con la ascensión del rizo al cielo para formar una nueva estrella. Pero por la magia de la frase y del verso, El rizo robado es algo más que una broma ele­gante : es como si el gusto decorativo de toda una época, el rococó, se animase en humanidad, o como si la vida ligera y efí­mera de todo su siglo se encarnase en un símbolo plástico: el rizo.

M. Praz

Versos artísticos, de técnica perfecta, que pueden eludir las fórmulas románticas, pero que son poesía o no son nada. (Gosse)