[The Return of Don Quixote]. Novela ideológica del escritor inglés Gilbert Keith Chesterton (1874-1937), publicada en 1927.
En esta fantasía sobre la historia, asistimos a los esfuerzos de un arqueólogo idealista e ingenuo, a quien se le ha metido entre ceja y ceja resolver los modernos conflictos laborales valiéndose de los métodos cristianos medievales. Este utopista es el bibliotecario de la antigua abadía de Seawood, actualmente convertida en propiedad de un industrial de noble origen, apasionado por las luchas políticas. La hija de la casa ha escrito una obra teatral, cuya acción se desarrolla en la Edad Media, y ruega al bibliotecario que desempeñe un pequeño papel en el curso de una representación privada. El erudito, que hasta entonces sólo se había interesado por los hititas, se apasiona súbitamente por el Medievo y logra compenetrarse de modo tan completo con el ambiente de la obra, que se acaba por asignarle el principal papel.
Después de la representación, rechaza enérgicamente volver a participar en la vida moderna, se hace rey de armas y, cuando estalla una huelga, dirigida por el jefe del sindicato, intenta solventar la querella con arreglo a las normas cristianas del siglo XIII. Los proletarios organizados lo acogen, como es lógico, con risas y abucheos: y no obstante, su fallo, según el espíritu del cristianismo, está lejos de ser favorable al patrón. Ante aquel contratiempo, la hija de la casa se percata de haberse olvidado de un hecho decisivo: la abadía de Seawood, actualmente transformada en fábrica, es antes que nada una abadía y, consecuentemente, cuando hereda, hace donativo de la iglesia románica. El símbolo salta a la vista: Chesterton quiere mostrarnos que una institución medieval no puede quedar aislada de todo el contexto social y metafísico de la época.
El retorno a una «nueva Edad Media», de que tanto se habló a raíz de la publicación de esta obra, debe ser un retorno, más que a estas o a aquellas instituciones, a un orden general de la vida, a un estado espiritual, a una fe; es decir, según el autor, el retorno a la universalidad católica. Chesterton, que domina los resortes del narrador, sabe también perfectamente sugerir la grandeza de los símbolos; y, tras el sombrío telón de fondo de una Inglaterra industrializada, hace surgir la pintura de la feliz Inglaterra, viva y fraternal, anterior a la Reforma. El regreso de Don Quijote, aunque no sobresalga como una de las mejores producciones de Chesterton, es, sin duda, típica y reveladora de su dialéctica cristiana. [Trad. castellana de César Falcón (Madrid, 1927)]