Drama en tres actos, en prosa
Sebastián, despótico propietario rural de la tierra baja, casa a su amante Marta con Manelic, ambos procedentes de la tierra alta, para seguir manteniendo relaciones con ella y poder casarse con una mujer rica que solucione sus problemas económicos.
Manelic, que ignora la maniobra, la acaba descubriendo en la noche de bodas, en que Sebastián acude a una cita con Marta. Ésta recupera su conciencia y decide marcharse con su marido, pero Sebastián y sus hombres lo impiden y expulsan a Manelic. Éste vuelve para recuperar a Marta y matar a Sebastián. El grito final del protagonista, «He matado al lobo», anuncia la liberación del poder despótico que representa Sebastián y sintetiza la dimensión simbólica del drama.