[Die Uhr — La cloche]. Sinfonía en «re mayor» de Franz Joseph Haydn (1732-1809), estrenada en Londres en 1794. Forma parte de las doce sinfonías llamadas «londinenses», compuestas por Haydn durante su estancia en la capital inglesa. Su denominación le viene de la característica figura de acompañamiento semejante al tictac del reloj que se presenta continuamente en todo el segundo tiempo. Es obra de la madurez de Haydn: el maestro, alcanzado el dominio absoluto de la forma de la sinfonía, fijada definitivamente por él mismo, profundiza, en esta como en las demás sinfonías londinenses, el trabajo técnico y crea una obra admirablemente compacta y unitaria, basando toda su construcción en breves motivos elaborados magistralmente. El primer tiempo, después del acostumbrado adagio introductor, emprende un «Presto» brillantísimo. Sigue el célebre «Andante», al cual la sinfonía debe su título. Después del «Minuetto», lleno de gracia, comienza el «Finale», que nos asombra por la prodigiosa habilidad con que su motivo inicial está trabajado y repetido con aspectos siempre nuevos.
M. Dona
Las durezas de su precedente escritura orquestal han desaparecido completamente; aunque no consiga nunca obtener las blandas tonalidades de Mozart, sabe tratar todos los instrumentos con absoluta libertad y del modo más apropiado… Mozart alcanza en los tiempos lentos un grado de belleza que en vano buscaremos en Haydn, pero en sus sólidos «allegros», Haydn es más espontáneo y vigoroso… Hay en él un cierto sabor campestre. Su humorismo y su alegría son las del sencillo campesino. Mozart posee, en cambio, el alma del hombre de mundo. (Parry)
La perspicacia de su discurso es perfecta; cruzamos por un mundo de formas bien ordenadas y transparentes; reina en él una jocundidad ininterrumpida, una gracia sonriente, un pensamiento que se complace en el idilio y que, sin ser generalmente profundo, sabe ser, cuando es necesario, elocuente y patético. (Combarieu)