[Dvenadcat] Poemita lírico del ruso (1880-1921), publicado en 1918. Mientras que en Escitas (v.) el poeta trataba del sentido de la revolución que debía sobrevenir, en Los doce la representa en acto, guiada por el pueblo violento e ignorante, cuyos instintos sanguinarios hallan por fin un desahogo sangriento. Y sobre la sangre, se construye la nueva Rusia. Sólo con su arte potente, lleno de contrastes y de símbolos, entre el mundo que ha perecido ahogado por la sangre y el mundo nuevo que de la sangre nace, canta Blok la violencia que terminará con el tiempo en un período de paz y de trabajo para su atormentada patria.
Los doce, son guardias rojos que durante la noche recorren las calles de la capital matando sin piedad a todo el que por el aspecto no parezca un proletario. «Pero, ¿quién es éste? Largos los cabellos, fina lo voz: —¡Traidores! ¡Ha perecido Rusia!—debe ser un escritor, un literato… Allá otro, con la panza fuera, pasa escondiéndose… ¿Por qué no estás tan alegre como de ordinario, camarada pope? ¿Recuerdas cuando caminabas panza adelante, y con la cruz resplandecía tu panza sobre el pueblo? —Aquí está una mujer con abrigo de pieles que se vuelve hacia otra: —¡Cuántas lágrimas, querida!—Pero resbala y, ¡patapúm!, ¡cayó cuan larga es! ¡Libertad, libertad, sin más cruz! Tra-ta-ta — resuenan los disparos de fusil—. Balas disparamos en la santa Rusia. ¡Para susto de todos los burgueses encenderemos un incendio mundial, un incendio mundial sobre la sangre; bendice Señor a tus hijos!».
En este punto, se inserta en el poema un episodio «individual»; uno de los doce, mata por celos a una muchacha y luego hace presa en él la tristeza. Los compañeros reprueban su dolor: no es el momento para sentimientos individuales; en las horas difíciles, sólo se debe sentir de modo colectivo. Y el hombre se recobra: «Quiero hacer en la taberna gran francachela. Beberé a mi gusto, comeré hasta saciarme… y luego abriremos tripas con el cortaplumas. Levanta el vuelo, burgués, inmundo pajarraco. Caminan lejos con fuertes pasos los doce y les sigue cojeando un can roñoso mientras delante… invisible en la tormenta, rodeado de una blanca guirnalda de rosas, camina Jesús».
En la mente del poeta, los doce asesinos tienen el significado de los doce apóstoles, el nuevo evangelio, nace de la crueldad, de la violencia, de la inconmensurable cantidad de sangre vertida. El poemita se impone por el desprecio absoluto de la forma y por su impresionismo fuerte y brusco que concuerda con el tema que trata. Se dice que la obra fue escrita en una sola noche.
G. Kraisky