[Les demoiselles de Saint-Cyr]. Comedia en cuatro actos de Alexandre Dumas, padre (1803- 1870), representada en 1843. En un pabellón aislado del colegio de Saint-Cyr (donde, bajo la mirada severa de la Maintenon, se educan muchachas pobres de noble familia), dos jovencitas, Charlotte y Louise, esperan a Roger, prometido de Charlotte, que sólo gracias a un afortunado expediente conseguirá trasponer aquel umbral, prohibido severamente a cualquier hombre, como no sea el rey o un miembro de la familia reinante.
Con él va un amigo, un buen compañero algo necio, Dubouluy. Los cuatro jóvenes son sorprendidos y los dos caballeros, encarcelados inmediatamente en la Bastilla, tienen que escoger entre la cárcel para toda la vida o un matrimonio reparador. «Cadena por cadena — dice filosóficamente Roger—, mejor es escoger el matrimonio». Apenas casadas las muchachas, los forzados maridos parten para España; pero naturalmente las jóvenes esposas les siguen a escondidas y en un gran baile de la corte las parejas se reúnen. La gracia de Charlotte y algo de celos que ha sabido hábilmente despertar, le devuelven a Roger. Louise, por su lado, conquista a su bonachón esposo, aportándole un título de barón que ha sabido hacerse ofrecer por el rey de España. Esta comedia novelesca, una de las mejores del fecundísimo autor, es notable sobre todo por la ligereza del diálogo, que consigue dar una especial lozanía y un vivo sabor a muchas escenas, pese a la frívola facilidad de la trama. En ella el truculento autor de La Torre de Nesle (v.) ha querido hacer gala de gracia y ligereza, confirmando al mismo tiempo el seguro sentido del teatro que distingue toda su producción.
G. Alloisio