El tema de esta novela de Ciro Alegría (n. en 1909), no es una leyenda; es la historia de unos hombres peruanos que habitan un pequeño pueblo: Calemar, situado en una de las márgenes del río Marañón. La inmensidad del río, que desde la altura semeja una serpiente de oro; su influencia decisiva en las poblaciones que subsisten merced al trabajo que él les brinda, pues ofician de balseros; el destino incierto de esa misma gente, para quienes el beneficio puede trocarse súbitamente en desgracia, entre una crecida o una palizada; la vida toda de la región con sus personajes contradictorios y complementarios, plena de un sentimiento sencillo y mágico, discurre a través de los hombres y mujeres de Calemar, distintos del poblador de la «jalea», y orgullosos de oponer a la Naturaleza la reciedumbre de los músculos y del corazón.
Desfilan en el libro gentes del lugar como el viejo Matías y Arturo, un limeño recién llegado con vestimenta y modales chocantes, las incursiones al pueblo, las fiestas tradicionales, así como temores y creencias remotos. Aparecen también otros personajes, «típicos», pero todos no significan sino centros momentáneos en torno a los que gira un canto permanente a la vida dura y dulce. El lenguaje está salpicado de formas lugareñas. La contemplación del variado paisaje y los diálogos fluyen siempre con un tono a veces dulzón, otras amargo, manteniendo, sin embargo, una fuerza expresiva y estética admirables.
A. Escobar