[La belleza dell’Universo]. Obra en tercetos de Vicenzo Monti (1754-1828), recitada en la academia de la Arcadia el 19 de agosto de 1781, con ocasión de las bodas de Luigi Braschi-Onesti y Costanza Falconeri. Pero Monti se separa de este tema circunstancialmente para cantar la Naturaleza y sus maravillas. La Belleza, considerada como un ente abstracto, se asoció a la Sabiduría, en la obra creadora, desde que Dios sacó del caos el orden luminoso ; y entonces aparecieron las estrellas, nació la aurora, brotó la vida del campo, se agitaron las tormentas y los volcanes, mientras el hombre sintió, sobre todo en el espíritu inmortal, encerrado en el cuerpo humano la sabiduría de Dios. Las fuentes de la obra han de buscarse en el canto VII del Paraíso perdido (v.) de Milton, donde se canta la armonía de la Sabiduría y de la Belleza y se representa a los animales surgiendo del seno de la tierra; en el Génesis (v.) en los Siete días de la creación del mundo (v.) de Tasso que exalta la obra de Dios, desde los cielos a lo más profundo de los mares; y en la oración académica de Francesco Maria Zanotti sobre las tres artes del dibujo. El breve poema adolece de desigualdades de tono, de abundancia de epítetos y, en algunos puntos, de prolijidad; pero está animado por una fuerza que alcanza el grado máximo de lo patético, especialmente cuando se describe «la libre y amplia familia de las fieras».
M. Magni
Todo el poema resiste la más severa crítica por el esplendor de la dicción, por la altura de las imágenes, por su -fuerza increíble de dar forma y luz a un pensamiento tan abstracto como la creación del mundo. (F. Flora)