Por consejo del adivino Calcas, Agamenón ha decidido inmolar a Artemisa a su hija Ifigenia para obtener que se levanten vientos propicios y la flota aquea pueda dirigirse hacia Troya. Ha ordenado que la joven viaje junto con su madre, Clitemnestra, hasta el campamento aqueo, fingiendo querer casarla con Aquiles. Aunque luego se muestra arrepentido, Menelao lo convence nuevamente. Mientras tanto Clitemnestra e Ifigenia, apenas llegadas, descubren el engaño frente al estupor del ignorante Aquiles.
Ifigenia es presa de la desesperación, pero cuando ve a Aquiles dispuesto a batirse por ella contra Ulises y con el fin de evitar la lucha fratricida, acepta el sacrificio. Mientras la madre espera bañada en lágrimas el anuncio de su muerte, se presenta un heraldo para contarle que Artemisa ha raptado a Ifigenia y en su lugar yace sobre el ara, degollada, una cierva.