Obra dramática en tres actos del gran autor español Félix Lope de Vega Carpió (1562-1635), y cuyo título completo es: El rey don Pedro en Madrid y el Infanzón de Ilescas. Fue publicada en la Parte XXVII…, aparecida en Barcelona en 1633, con el título El Infanzón de Ilescas. Años más tarde fue incluida esta obra en las listas de comedias y autos de Calderón, pero este autor la rechazó públicamente como obra no salida de sus manos. En 1848, don Eugenio Hartzenbusch dudó de la paternidad de Lope y la atribuyó a Tirso, simplemente por el hecho de que había una parte que no parecía ser original de Lope.
Pero el mismo Hartzenbusch reconoció años más tarde que la parte que no parecía de Lope era debida a una refundición que de la obra había hecho el cómico Claramonte. La rectificación del autor de Los amantes de Teruel no convenció a una serie de críticos que se empeñaron en negar la filiación lopesca de esta obra. Todavía hoy doña Blanca de los Ríos ha defendido la paternidad de Tirso, a pesar de las razones que dio Menéndez Pelayo en favor de Lope: identidad de situaciones con otras obras de segura filiación lopesca; tratar la figura del rey Pedro I de Castilla, lo que es frecuente en Lope (en cambio nunca aparece en las obras de Tirso); Lope se plagió a sí mismo en la obra Los novios de Hornachuelos con respecto a la obra que nos ocupa (en el caso de ser de Tirso, Lope hubiera imitado servilmente, cosa que no hizo jamás); todas las impresiones de la obra hechas en los siglos XVII y XVIII llevan el nombre de Lope o del cómico Claramonte (que figura como autor de otras obras de Lope); asimismo en los manuscritos del siglo XVII se atribuye la obra a Lope.
Menéndez Pelayo sitúa la redacción de la obra en 1618. Años más tarde había de ser imitada por Moreto en El valiente, justiciero y ricohombre de Alcalá. Se trata de una de las mejores obras de nuestro ingenio, y Menéndez Pelayo la calificó de «una de las maravillas de nuestro Teatro».