Poesías publicadas y vueltas a publicar en el Havre en 1869 y 1871, cuando Salaverry se halla prestando el servicio militar en Francia. Su padre, Felipe Salaverry, fue presidente de la república del Perú, fusilado en Arequipa por los españoles, en 1836. Además del citado, tiene también el autor otro libro de versos, Albores y deste~ líos, del que Marcelino Menéndez Pelayo dice que el énfasis del título no corresponde a la modestia del contenido.
Escribió también un drama, Atahualpa, que trató de seguir las normas del bellísimo Ollantay (v.), escrito en «quechua» en la época colonial y atribuido a un autor incaico desconocido. Entre sus contemporáneos Alt- haus y García, que no lo superaron, aun teniendo acentos notables por la sinceridad y por la compostura del clasicismo formal, Salaverry es el más original de los poetas peruanos del Romanticismo; se inspira en notas efusivas, en estados de ánimo líricamente elementales, que exaltan el amor amado y perdido, la nostalgia buena y sencilla. Carece de la conmovedora profundidad de los modelos franceses, y la exasperación aguda de Bécquer, cánones de la escuela literaria de su generación. Sus mejores composiciones son sonetos sobrios y correctos, en los que, aun degenerando en facilidad y banalidad sentimental, exclama con cierta viveza creadora:
«¡Oh recuerdos, mentiras del pasado! ¡Oh esperanzas, mentiras venideras!». Y todavía. «Y aunque me cubra de cabellos canos / dejadme siempre el corazón de un niño».
La mejor poesía de la colección es la elegía titulada «Acuérdate de mí», que Menéndez Pelayo cita por entero, con alabanzas suficientes para glorificar a un poeta de lengua española, y de la que transcribimos alguno de los trozos más vibrantes:
«Mi recuerdo es más fuerte que tu olvido; / mi nombre está en la atmósfera, en la brisa / y ocultas a través de tu sonrisa / lágrimas de dolor. / ¡Oh! cuando vea en la desierta playa, / con mi tristeza y mi dolor a solas, / el vaivén incesante de las olas, / me acordaré de ti; / cuando veas que un ave solitaria / cruza el espacio en moribundo vuelo / buscando un nido entre la mar y el cielo / acuérdate de mí!».
U. Gallo