Poema de la escritora Elizábeth Barrett Browning (1808-1861), publicado en 1865. En el poema Aurora Leigh cuenta la historia de su vida. Huérfana, estudiosa y amante de la poesía, es educada en casa de una tía, donde no se halla la muchacha muy a su gusto. Encuentra con frecuencia a su acaudalado primo Romney Leigh, lleno de ideas filantrópicas, pero arrogante y dogmático, que la pide en matrimonio. Aurora rechaza la proposición, lastimada por el modo con que Romney le declara su amor, y le hace comprender que busca un compañero y no un amante. Se traslada a Londres, donde se gana la vida escribiendo. Romney propone a la pobre hija de un vagabundo, Marian Erle, a la que ha salvado de la miseria, que sea su esposa: pero tampoco este matrimonio se realiza. Más tarde Romney es herido por la desgracia; sus proyectos filantrópicos se desvanecen, su castillo es devorado por el fuego, y él queda ciego. Entonces Aurora le consuela, aceptando ser su mujer y la compañera de su vida. El poema está escrito en verso blanco y muestra la tendencia de la Barrett a una copiosidad bastante nociva para su arte. En esta verdadera novela en verso, hay de todo, y sobre todo, ideas filosóficas, morales y literarias de la propia cosecha de la autora. La obra es rica, fogosa, llena de transporte y de calor. Va del realismo de la vida cotidiana a las discusiones filosóficas. Hay en ella abandonos y debilidades, pero hay también expresiones líricas de toda clase. Desigual y rebosante del idealismo típicamente ochocentista, Aurora Leigh vale sobre todo por la pintura de costumbres y por reflejar los pensamientos de una escritora genial, que se sobrepone a la protagonista. Es en ella evidente la influencia de Robert Browning, de cuyo Paracelso (v.), por ejemplo, parafrasea centenares de versos.
A. Camerino