Reflexiones Críticas sobre la Poesía y la Pintura, de Jean-Baptiste Du Bos

[Réflexions critiques sur la poésie et la peinture]. Obra filosófica de Jean-Baptiste Du Bos (1670- 1742), publicada en 1719 y con adiciones en 1733.

Combate toda forma de intelectualismo y sostiene que el interés del arte no reside en las ideas que aporta, sino en las caracte­rísticas del estilo: la sensibilidad del artista, tanto en poesía como en pintura, forma nue­vas armonías de imágenes y éstas, precisa­mente, llevan a la emoción y al consenti­miento interno. No se trata, pues, de prin­cipios, sino de una entrega delicada y sincera a las impresiones del mundo externo, fuera de toda verosimilitud: en la obra de arte se observan incluso extrañas uniones de la realidad y de lo maravilloso, de modo que sólo el artista nato puede ver la rea­lización, perseguida en vano en las disputas de los lógicos. De ese modo el tratado de Du Bos quiere ser una plena valoración del sentimiento en las cuestiones de arte y una condena de cuantos sólo aportan el apoyo de reglas y principios.

Luchando contra los formulismos vanos y las preceptivas áridas, enaltece la novedad sustancial de la poesía en su armonía de expresión y en su riqueza interna: de ese modo, apelando únicamente al público, es decir a los hombres de gusto que juzgan según sus impresiones directas, y no según la autoridad de jueces y precep­tistas, el artista sabe que su obra no ha salido inútilmente de su espíritu. El ejemplo de Ariosto, de Tasso y de Corneille, pri­mero rechazados en sus manifestaciones ar­tísticas, ha de inspirar cada vez más una valoración del sentimiento y del gusto por encima de las reglas. Son evidentes la no­vedad e importancia de las Reflexiones en la historia de la estética, no sólo francesa, sino europea.

C. Cordié

Es indudable que un modo parecido de concebir la crítica de arte no sólo represen­ta un progreso en relación con la edad pre­cedente, sino que contiene también una ver­dad absoluta, eterna, que la estética poste­rior formulará mejor, sin modificar por otra parte el principio esencial. (L. Venturi)