Obra de Demetrio Triclinio, el mejor filólogo bizantino del período de los Paleólogos, que vivió a principios del siglo XIV.
Son comentarios a los poetas dramáticos, notables no sólo porque se adelantan a la moderna crítica de textos, sino también porque no se limitan a las obras que eran comúnmente estudiadas en la época bizantina. Comprenden tres partes. Una recensión de las tragedias de Sófocles con escolios relativos especialmente a los cuatro primeros dramas: trabajo en el cual la actividad crítica del autor va demasiado lejos, introduciéndose en el texto cambios arbitrarios. Como durante mucho tiempo esta recensión fue considerada como la clásica, ocasionó una perniciosa influencia sobre la tradición del texto de Sófocles. Siguen escolios a cinco tragedias de Esquilo, exceptuando Las Suplicantes (v.) y Las Coéforas (v. Orestiada): no son otra cosa que paráfrasis, con explicaciones métricas a veces verdaderamente singulares, que conocemos por un códice autógrafo conservado en Nápoles.
A pesar de ocuparse mucho de métrica, Triclinio no consiguió llevar a cabo un buen trabajo en este campo. La pérdida absoluta del sentido de la cantidad silábica hace que, a pesar de sus grandes estudios e innumerables investigaciones, estos tratados no sean a menudo más que un cúmulo de errores. Naturalmente que hay casos en que el juicio de Demetrio Triclinio es justo y oportuno. Y finalmente, los escolios a Aristófanes, de los cuales nos ha llegado muy poca cosa. Además de estos comentarios de obras de poetas dramáticos, tenemos de Demetrio Triclinio escolios a Píndaro con dos estudios métricos y una paráfrasis de las obras de este poeta; escolios a Teócrito y Hesíodo, de los cuales, empero, se ha conservado solamente algún fragmento poco significativo. Según parece deducirse de tales fragmentos, el estudio sobre Hesíodo no era tan completo como el que dedicaba a los demás poetas.
G. Porru