[Der Laokoon]. Breve obra de Gotthold Ephraim Lessing (1729- 1781), la cual, como toda la obra crítica del autor, tiende a crear en alemania una nueva conciencia estética y un arte nacional. Empieza con un exordio donde se habla del objeto de la obra, que se publicó en 1766 en casa del editor Chr. Fr. Voss con el subtítulo «Acerca de los límites entre la pintura y la poesía» («Über die Grenzen der Malerei und Poesie») y se editó en italiano en Prato en 1831; su objeto es determinar cuáles son las relaciones entre el arte figurativo y la poesía.
Lessing entra en la disputa tomando el punto de vista de las páginas juveniles de Wincklemann, de las Consideraciones sobre la imitación de las obras griegas en la pintura y la escultura (v.), y concretamente de la exégesis del grupo helenístico del Laocoonte, el cual había brindado, al gran arqueólogo, ocasión para plantear el problema de la pasión del arte. «El Laocoonte sufre, como el Filoctetes de Sófocles; su infelicidad nos llega al alma, pero quisiéramos saber soportar la infelicidad como este gran hombre» había escrito Winckelmann; y Lessing afirma también, tradicionalmente, que el asunto del arte figurativo griego es la belleza, y su carácter predominante la «serena grandeza» que él reconoce al Laocoonte; pero en cambio repudia el paralelo entre Laocoonte y Filoctetes. La tragedia, dice, ofrece expresiones salvajes de dolor, aunque tanto en el caso particular de Filoctetes como en general, la pasión expresada por la poesía está justificada porque todo cuanto es natural tiene derecho a convertirse en arte. Al poeta le ha sido concedida además, afirma Lessing, una libertad que no tienen el escultor ni el pintor, ya que puede traducir lo momentáneo, y por lo tanto también lo feo, la acción y la emoción.
Así Lessing viene a determinar una escala de valores en el arte, en cuya cumbre está la poesía, y sintetiza su pensamiento en el aforismo: «La poesía supera a la pintura tanto como la vida supera al cuadro». A las artes plásticas, pues, corresponde la representación del cuerpo; a la poesía la expresión de las acciones, los sentimientos y las pasiones. Este concepto de una jerarquía entre las distintas artes está actualmente abandonado. Pero aun prescindiendo de la belleza del estilo — de una claridad, justeza y armonía que la prosa alemana no había alcanzado jamás anteriormente — y de los agudos y penetrantes análisis que contiene de obras aisladas de poesía y plástica — y que constituyen una verdadera conquista crítica — el Laocoonte es una obra de importancia histórica, porque fue el primer manifiesto de tendencias nuevas, según las cuales la poesía es pasión, acción, movimiento. Los prerrománticos y los románticos, Goethe y toda su generación, consideraron a Lessing como a un precursor y un maestro. [Trad. directa del alemán por Nemesio Vargas (Lima, 1895) y por Javier Merino (Madrid, 1934)].
F. Wittgens
Una obra como el Laocoonte es útil, cada treinta años, volverla a discutir, y aceptarla o rechazarla. (A. Gide)