[On the Knocking at the Gate in Macbeth]. Ensayo crítico de Tomas de Quincey (1785-1859), que publicado en el «London Magazine» de 1823, tuvo mucha notoriedad. Es un típico documento de crítica «impresionista», en el que la experiencia de los protagonistas del asesinato del rey Duncan en el drama shakespeariano, está referida como si fuese la propia experiencia de De Quincey: método que sustancialmente es del novelista. La prosa lírica de De Quincey extrae la quintaesencia de la escena sobre la que se concentra la atención del crítico: «para que un mundo nuevo pueda caminar adelante, es preciso que este mundo desaparezca por algún tiempo. Los asesinos y el asesinato, deben venir aislados —arrojados en un abismo insondable, por las peripecias ordinarias y por la sucesión de los acontecimientos humanos—, encerrados y secuestrados en algún profundo recipiente: se debe hacer sentir que el mundo de la vida ordinaria se ha detenido súbitamente, asombrado, hipnotizado, crucificado en un terrorífico armisticio; se ha de aniquilar al tiempo, se ha de abolir toda relación con las cosas; todo ha de contraerse en una profunda suspensión del sentimiento humano. De donde se desprende que, cuando el acto se ha cumplido, cuando la obra de las tinieblas es perfecta, entonces el mundo de las tinieblas desaparece como si fuera una fantasmagoría en las nubes; se oye llamar a la puerta y ese es el indicio claro de que la reacción comienza; de que lo humano ha rechazado a lo diabólico; de que los latidos de la vida vuelven a comenzar; de que la reanudación de los acontecimientos del mundo en que vivimos, es lo primero que nos hace darnos cuenta del terrible paréntesis que los tuvo suspendidos». Este género de crítica eminentemente subjetiva, es exquisitamente romántica y confina con la obra de fantasía; De Quincey es su iniciador.
M. Praz
De Quincey ejercita una ebria y fantástica sensibilidad, una sensibilidad de saber, deformando en el sueño a Shakespeare, Wordsworth y a los griegos. (E. Cecchi)