Vicente Espinel

Nació en Ronda, el 28 de diciembre de 1550 y murió en Madrid en 1624. Fue hijo de Francisco Gómez y de Juana Martín, y recibió del bachiller Juan Can­sino las primeras nociones de gramática y música.

En 1570 marchó a estudiar artes a Salamanca, donde trató de cubrir sus nece­sidades dando lecciones de canto que luego no le eran pagadas. En 1572, durante el proceso contra fray Luis de León, la Uni­versidad salmantina fue cerrada a causa de los tumultos estudiantiles y Espinel tuvo que volver a pie a su ciudad natal.

Allí recibió el nombramiento de capellán de una igle­sia construida por sus tíos, según el con­sejo de fray Rodrigo de Arce. Este último le ayuda a regresar a Salamanca, donde estudia por espacio de otros dos años y al­canza la amistad de Góngora, Lope, los Argensola y otras personalidades de primera fila pertenecientes al mundo literario y mu­sical de la época, así como la protección del marqués de Tarifa y de los duques de Alba.

Luego de haber vivido en Salamanca algún tiempo con los hermanos Argensola, en 1574 alistóse en una expedición que se dirigía a América, que se frustró ya antes de su partida de Santander a causa de una epidemia de peste. Escudero de don Pedro de Castro, conde de Lemos, entre 1574 y 1577, intentó participar con él en la des­graciada empresa marroquí del rey don Se­bastián de Portugal. Como no lo consiguiera, permaneció en Sevilla, donde frecuentó la sociedad de los picaros y baladrones y llevó una existencia desordenada y escandalosa.

Protegido por el marqués de Denia, marchó a Italia para ingresar al servicio de don Alonso Pérez de Guzmán, duque de Medina Sidonia, quien se dirigía a Milán a tomar posesión del cargo de gobernador. Durante el viaje fue apresado por los piratas de Argel y más tarde puesto en libertad por los genoveses, quienes cerca de Mallorca se apoderaron de la nave de su dueño. En 1578 desembarcó en Génova.

Alistado en el ejér­cito de Alejandro Famesio, marchó a Flandes; allí encontró a su tío Hernando de Toledo, a quien dirigió una égloga en la que canta sus amores con doña Antonia de Calatayud en Salamanca y Sevilla. Vuelto a Lombardía con Ottavio Gonzaga, vivió allí durante tres años bajo su protección y perfeccionó sus conocimientos musicales. Abandonada luego la milicia, regresó a Es­paña y marchó a su ciudad natal; pero como hubieran muerto sus progenitores, se diri­gió a Málaga, de donde era obispo su amigo don Francisco Pacheco de Córdoba.

Deseo­so de recibir órdenes sagradas, escribió la Canción a su patria y una Epístola a aquel prelado, actos de contrición por los desór­denes de su vida juvenil. Llegado al sacer­docio, obtuvo un medio beneficio en Ron­da. En 1589 logró en la Universidad de Granada el título de bachiller en artes. En 1591 publicó las Rimas, en las que intro­dujo la «décima» o «espinela», forma métrica por él inventada.

El año siguiente era nombrado capellán del Hospital Real de Ronda; luego buscó un sustituto en el des­empeño de este cargo y regresó a Madrid. Finalmente, y a causa de las protestas de sus conciudadanos, en 1595 recibió la orden de residir en aquella localidad. Nuevas crí­ticas dirigidas contra la irregularidad de su vida le obligaron a marchar otra vez a Madrid. Un año después recibió en Alcalá el título de maestro en artes.

Obtenida una capellanía en una iglesia de la capital, per­maneció en esta ciudad hasta su muerte. En 1618 había publicado La vida del es­cudero Marcos de Obregán (v. Marcos de Obregón), novela picaresca posiblemente autobiográfica en gran parte. Ilustre poeta y prosista muy apreciado por los mejores artistas de su época. Espinel fue asimismo un músico de mérito; se le atribuye la introduc­ción de la quinta cuerda en la guitarra.

E. Moreno Báez