Erudito colombiano nació en Bogotá en 1844, murió en París en 1911. Hijo del político Rufino C. (presidente de la República en 1847), quedó huérfano de padre a los nueve años de edad y estudió en el colegio de su hermano mayor, Antonio, pero no llegó a hacer estudios especializados.
Sus aficiones gramaticales y sus inquietudes humanísticas lo llevaron a entregarse a fondo al conocimiento de la lengua castellana, y cuando encontró insuficientes los horizontes de su tierra, se trasladó a París (1882) en busca de fuentes y ambiente adecuados para su noble propósito; y allí permaneció hasta su muerte el ilustre erudito colombiano.
Lo que representan la Gramática de Nebrija de cara a América y la de Bello de cara a España, necesitaba una estructuración y un afianzamiento que evitaran la dispersión del idioma en lenguas diversificadas a tenor de gustos e influencias regionales, y a ello se aplicó devotamente C. En dicha trayectoria, son fundamentales sus Apuntaciones críticas sobre el lenguaje bogotano (v.), su Diccionario de construcción y régimen de la lengua castellana (v.) y sus Notas a la Gramática de Bello.
Algunos de estos trabajos fueron compilados con otros de gran interés en 1950 por Rafael Torres Quintero con el título Disquisiciones sobre filología castellana (v.). C. trabajó con Venancio G. Manrique en un intento frustrado de enciclopedia, y con Miguel Antonio Caro en una Gramática Latina que la Academia Española de la Lengua elogió como la mejor que se había publicado en castellano hasta 1891.
El Instituto Caro y Cuervo de Bogotá, bajo la dirección del padre Félix Restrejo, S. I., ha publicado muchos trabajos inéditos del ilustre erudito colombiano, especialmente en lo que se refiere a la continuación de su monumental Diccionario. La preocupación fundamental de C. por las cuestiones gramaticales no restringe su personalidad, pues nos encontramos ante un verdadero filólogo con relevantes perfiles de humanista.
J. Sapiña