Nació el 20 de agosto de 1860 en Bar-le-Duc (Lorena) y murió el 15 de octubre de 1934 en París. Doctorado en leyes en la Universidad de París y estudioso de los problemas económicos, conservó Poincaré el espíritu rígido de lo teórico en la vida política. Jefe de gabinete del ministro de Agricultura Deville y consejero provincial en 1886, fue elegido diputado por el Mosa al año siguiente. Fue diputado en todas las siguientes legislaturas, hasta 1902; ministro de Instrucción en el gabinete Dupuy (1893), de Hacienda en 1894-95, también en el ministerio Dupuy; nuevamente titular del ministerio de Instrucción en el gabinete Ribot (1895), vicepresidente de la Cámara desde 1895 a 1898. Sobresalió entre los oradores de la derecha republicana por su limpia y concreta elocuencia, caracterizada también por su noble decoro literario. En 1903 pasó al Senado por el departamento del Mosa y el 14 de enero de 1912 subió a la presidencia del Consejo, tras la caída del ministerio Caillaux, asumiendo también el ministerio de Asuntos Exteriores. Muy sensible al peligro de expansión germánica, y heredero del espíritu de «revanche», se esforzó por reforzar los lazos de la Triple Entente, oponiéndose decididamente a la política de expansión italiana en Libia.
En el año 1913 fue elegido presidente de la República, pero continuó interviniendo activamente en la dirección de la política exterior; después de Sarajevo (junio de 1914), marchó personalmente a Rusia para solicitar su intervención, y a Suecia para asegurar su neutralidad en caso de conflicto. Éste estalló inmediatamente después de su regreso, con la movilización rusa y con las declaraciones de guerra de Alemania a Rusia y a Francia. Esta política le valió a Poincaré el mote de «Poincaré-la-guerre». Los episodios del conflicto, durante el cual mantuvo la iniciativa política con la «unión sacrée» y, haciendo callar los resentimientos personales, llamó al gobierno a su rival Clemenceau, tan intransigente como él, son narrados en los diez volúmenes Al servicio de Francia. Nueve años de recuerdos (1926-33, v.). Presidió la conferencia de Versalles y, terminado su período presidencial de siete años, la de la Comisión de reparaciones. De nuevo en el gobierno en 1922, ante el incumplimiento germánico de las reparaciones, decidió la ocupación del Ruhr, pero el gesto, en contradicción con la aspiración general a la paz, provocó su caída.
Sin embargo, durante la crisis económica de 1926, Francia vio en él al único hombre capaz de salvarla de la quiebra: así, el 23 de julio formó Poincaré el ministerio de «unión nacional» (1926-28), que realizó el saneamiento financiero y salvó al franco. En el ministerio siguiente (1928), pasada la crisis, fue puesta a dura prueba la energía indomable del viejo estadista por las dificultades internas, hasta que su maltrecha salud le obligó a retirarse de la vida política (julio de 1929). Miembro de la Academia desde 1906, figura entre los compiladores del Diccionario y fue colaborador de la Revue des Deux Mondes, en la rúbrica política (1921-22), y de numerosos diarios y periódicos internacionales, entre los cuales La Nación de Buenos Aires; dejó algunas obras, entre las cuales Idées contemporaines (1905), Questions et figures politiques (1907), Messages, discours, allocutions (1920), Les origines de la guerre (1921).
P. Onnis