Nació en Chartres el 19 de octubre de 1625, murió en París el 16 de noviembre de 1695. Heredó de su padre, diputado al Parlamento y hombre de vasta cultura, el gusto por los estudios. Lector ávido e incansable, Nicole suscitó siempre la admiración de cuantos le rodearon por la amplitud de sus conocimientos. Llegado a París en 1642, realizó allí estudios filosóficos y teológicos, primero en el colegio de Harcourt y después en la Sorbona, donde se puso en contacto con las corrientes moderadas que trataban de conciliar, en lugar de contraponer, la tradición agustiniana y la tomista. Tal fue la razón de que Nicole ocupara una posición especial, que suscitó en ocasiones graves desconfianzas y hostilidades en el] ambiente de Port-Royal, donde había sido encargado de la enseñanza de letras y filosofía por mediación de su tía, madre María de los Ángeles.
Muy tímido de carácter y poco amante de las discusiones verbales tan del gusto de la época entre los hombres cultos, Nicole , después de haber tomado las órdenes menores, buscó en la enseñanza un ambiente adecuado a la tranquila continuación de sus estudios. Mientras tanto, había estallado en Francia la violenta polémica en torno al jansenismo, en la que fue implicado Nicole por Antoine Arnauld, con el que había trabado en Port-Royal amistad íntima y con el que había trabajado en la redacción de la célebre Lógica de Port- Royal o Arte de pensar (v.). De este modo, violentando su temperamento, intervino Nicole en la polémica en 1657, y durante un viaje realizado entre 1658 y 1659 por Flandes y las orillas del Rin, publicó en Colonia, con el seudónimo de Wendrock, una traducción latina de las Provinciales (v.) de Pasca A. Vuelto a Francia y obligado a vivir con falso nombre, hubo de huir en 1664 de París con Arnauld, para volver sólo más tarde y de modo clandestino.
A continuación, aprovechó Nicole la momentánea distensión producida después de 1668 para llevar a cabo algunos viajes a Beauvais, Troyes, Chartres, Angers y Mediodía de Francia; pero en 1677 se vio envuelto de nuevo en la lucha a causa de una carta suya al papa contra algunas tendencias lasísticas (Lettre des évéques de Saint-Rens et d’Arras au pape Innocent XI). Hubo de huir de nuevo a Bélgica, donde se separó definitivamente de Arnauld, cuya obstinada intransigencia no compartía, y, en fin, mediante la intervención del obispo de París, monseñor de Harlay, pudo regresar a Francia, primero a Chartres, y después, en 1683, a París. Confortado allí con la amistad de Bossuet, pudo trabajar con calma en su obra maestra, Ensayos de moral (v.), hasta su muerte.
V. Verra