Nació en Florencia en 1495, murió en la misma ciudad el 24 de agosto de 1555. Hijo de Bernardo (poeta de la corte de los Médicis) y de Lucrezia de Stefani, se crió en la escuela humanística de su padre, amigo de León X, de Lorenzo y de Julián, duque de Nemours. A los dieciséis años pasó al servicio de Alfonsina Orsini, esposa de Pedro y, poeta novel, escribió poesías amorosas para una desconocida Isabel.
Convertido en eclesiástico, formó parte del coro de los canónigos de San Lorenzo, y más tarde fue capellán de Volterra, con doscientos escudos de renta y trescientos de pensión en España, que perdió con el tiempo. Caídos los Médicis, fue honrado también por la República, a causa de su rectitud y el decoro de su vida, y cuando subió Cosme al poder, gozó igualmente de su protección. Fue guardián primero de la Biblioteca Laurenciana, adscrito a la Academia de los Húmedos, convertida después, por cambio de nombre, en Academia Florentina, que lo nombró su cónsul (1551) y «reformador» de la lengua.
A sus aficiones lingüísticas se deben el Gellio (1546), en el que, en polémica con Trissino, defiende la extraña tesis del origen etrusco del florentino, y una gramática, Della lingua che si parla e scrive in Firenze (1551); y a su admiración por Dante, de cuya grandeza fue decidido defensor, un comentario, incompleto y que se ha perdido, de la Commedia, algunas lecciones dadas en la Academia Florentina (1551), y el opúsculo De ’l sito forma e misura dello Inferno di Dante (1544), que se inserta en la tradición de los estudios científico-matemáticos sobre el poema dantesco, característica de la crítica florentina e iniciada por Antonio Manetti (v.). Pero su obra más importante fue la incompleta Historia de Europa (v.), en siete libros, que abraza el período de las invasiones bárbaras (887-974) y que se basa en anteriores fuentes medievales. Escrita en bellísima prosa, alcanza admirable eficacia interpretativa y narrativa.
N. Rellini Lerz