Petros Turian

Nació en Constantinopla, en el barrio de Escutari, el 20 de mayo de 1852 y murió el 22 de enero de 1872. Era hijo de un herrero, y frecuentó, de 1858 a 1867, la escuela armenia local «Gemaran», donde reveló un talento precoz. Forzado en 1867 a trabajar en calidad de escribiente con un cambista, permaneció junto a éste sólo nue­ve meses, por cuanto, sorprendido varias ve­ces entregado a la composición de versos, viose, finalmente, despedido. Sus primeras poesías le relacionaron con el famoso pa­triota Narbey Lusignan, quien le confió la enseñanza del armenio al hijo de Ortigbey.

Abrióse de esta suerte en la agitada exis­tencia del poeta un breve paréntesis de paz, que duró solamente ocho meses, a los cuales siguieron de nuevo la falta de trabajo y la miseria. Dedicóse entonces al teatro, que ya le apasionara desde el principio, cuando, por encargo del empresario Ágop Vartovian, tradujo en armenio las obras maestras de la literatura dramática occidental, de la francesa en particular. Habíase dado a co­nocer a los trece años con la tragedia erótica La rosa y el litio; se inspiró en la historia antigua de Armenia Ardences, y escribió únicamente en dos días el Teatro, de sin­gular importancia porque, frente al clasi­cismo amanerado y melodramático de sus predecesores y la tendencia casi general a los temas históricos, llevó a la escena la vida cotidiana.

Trabajó asimismo como ac­tor en la reforma de la dramática armenia, y actuó en 1870, minado ya por la enferme­dad, en el escenario del teatro de Escutari. Sin embargo, Turian era más bien un líritío innato; como tal, en efecto, dejó su huella más profunda. La tortura de su vida y la prolongada agonía que señaló su fin dieron lugar a los cantos que, reunidos en un volumen titulado Lamentacionesi (v.), le valieron el apelativo de «ruiseñor de Escutari».

G. Bolognesi