Michail Nikolaevich Zagoskin

Nació eí 14 de julio de 1789 en una familia de ricos propietarios del gobierno de Penza y murió el 23 de julio de 1852. Ya cuando niño tuvo una gran afición a las lecturas novelescas. No recibió una formación regular, y hubo de conformarse con un modesto empleo en una empresa teatral de San Petersburgo, que no abandonó hasta la guerra de 1812. Terminada ésta, la mediocridad de su situa­ción le indujo a la novela y el teatro. Y, así, escribió diversas comedias, que, aun cuando escasamente logradas, obtuvieron cierto éxito; ello le alentó a dedicarse por entero a la literatura mediante la publica­ción de una revista propia, El observador nórdico, donde incluyó críticas teatrales su­yas y respuestas a los críticos de sus come­dias.

Llegado a Moscú, luego de haber in­tentado también aquí su afianzamiento en calidad de comediógrafo, quiso evocar la época de los tumultos en una novela, Jurii Miloslavski (v.), que pareció realizar los deseos del zar Nicolás I, quien, cuando Puskin presentara a la censura su Boris Godunov (v.), hizo decir a éste que mejor hubiera hecho escribiendo, sobre el argu­mento en cuestión, una novela según el estilo de Walter Scott. La mencionada obra de Zagoskin alcanzó un notable éxito, y ha que­dado con la literatura rusa como buen ejem­plo de novela histórica, a pesar del carácter artificioso de las situaciones y de la fre­cuente alteración de la realidad de la his­toria. Sólo más tarde El príncipe Serebrianyi (v.) de A. K. Tolstoi logró superar la po- popularidad de Miloslavski. El éxito animó a Zagoskin, quien escribió otras novelas del mismo género — Roslavlev, Koz’ma Roscin, etc. —, todas muy inferiores a la primera.

E. Lo Gatto