Nació el 15 de mayo de 1730 en Padua, donde Murió el 4 de noviembre de 1808. En Venecia, mientras ejercía de preceptor, enteróse de la publicación de los poemas ossiánicos de Macpherson, aparecidos en 1760 y en prosa, que en poco más de seis meses, y con la ayuda del inglés Charles Sackville, tradujo en verso.
Publicados en 1763, le dieron celebridad (v. Las poesías de Ossián). Fue profesor de Literatura griega y hebrea en la Universidad paduana y en sus últimos años protegido de Napoleón. Escasa importancia ofrecen las poesías de este activo polígrafo, así como su Pronea (v.), poema en el que adula al citado mecenas.
C. interesa particularmente como traductor-poeta, filólogo, filósofo de las letras y crítico. Su traducción de Ossián es el documento más trascendental del pre- romanticismo italiano y ejerció una notable influencia en la poesía de Alfieri, Monti, Pindemonte, Foscolo y Leopardi.
De sus trabajos filológicos son especialmente dignas de aprecio las disertaciones que acompañan las traducciones de Homero; el Ragionamento storico su l’Iliade es un alegato en la vieja «querelle des anciens et des modernes», favorable a los segundos.
En cuanto filósofo de las Letras, se ocupó, siempre vacilante entre la razón y el gusto, de casi todos los problemas estéticos de su tiempo; destacan en tal ámbito el Ensayo sobre la filosofía del lenguaje (v.), su obra más famosa después de la traducción ossiànica, y el Ensayo sobre la filosofía del gusto (v.).
A pesar de sus errores de perspectiva y de juicio, C. tiene el mérito de haber señalado nuevas fuentes de cultura a sus compatriotas y puede ser considerado como un precursor del Romanticismo.
G. Natali