Nació en Ferrara el 26 de noviembre de 1767, Murió en Venecia el 5 de marzo de 1834. Singular figura de intelectual italiano de la época napoleónica, reunió en sí dotes de hombre estudioso de la historia del arte y de político.
De familia noble y dotado de refinada educación, marcha muy joven a Roma a estudiar dibujo, y en el ambiente antibarroco de la Roma de su tiempo, impregnado de las nuevas ideas de Winckelmann, desahoga su espíritu inquieto abrazando la estética revolucionaria del neoclasicismo.
Habiendo trabado amistad con Canova, no tardó C. en acoger también las nuevas ideas que en el campo político llegaban desde Francia, aunque la noticia de la ejecución de Luis XVI le impresionó desagradablemente. Partidario sincero y entusiasta del régimen napoleónico, liberal e innovador y al mismo tiempo autoritario y realista, trató de interesar a las clases cultas italianas en el ideal mítico del clasicismo.
Primero en la República Cisalpina y después en el reino de Italia, desempeñó elevados cargos civiles y políticos, asumiendo también la presidencia de la recién constituida Academia de Bellas Artes de Venecia, hasta que en 1815, habiéndose derrumbado el régimen napoleónico, se retira C. de la vida pública.
En los años que siguieron atendió a sus preciosas colecciones de objetos de arte y a la terminación de su importante obra, la Historia de la escultura desde su resurgimiento en Italia hasta el siglo de Napoleón (v.), publicada en tres volúmenes de 1813 a 1818.
G. Arneri