Es el autor de una de las crónicas mayas comprendidas en la colección denominada Chilam Balam (v.). Acerca de él sólo se conocen el nombre y la fecha de la crónica (de Chumayel), compuesta en 1782. Chilam Balam significa, en lengua maya, Intérprete o Boca del Tigre. Este animal simboliza el dios; en consecuencia, pues, el Chilam Balam era el intérprete de la divinidad, y, por lo tanto, el sacerdote que escribía los libros de ciencia y las crónicas. H. debió de poseer también, probablemente, esta dignidad. Fue, con certeza, indígena de Chumayel. Aunque su crónica esté escrita en caracteres mayas, su transcripción de los nombres españoles es muy clara por los datos fechados con exactitud que contiene, y constituye una de las mejores fuentes que se poseen sobre aquella civilización.
P. Raimondi