Nació en una pequeña localidad de Volinia el 2 de agosto de 1894 y murió en un hospital de París el 27 de mayo de 1939. Su padre era austríaco y su madre una . hebrea rusa. Terminados los estudios secundarios matriculóse en la Facultad de Filosofía de la Universidad de Viena. Estallada la primera Guerra Mundial, se alistó en un cuerpo de voluntarios, permaneció en el frente ocho meses, y luego, a consecuencia de una enfermedad allí contraída, pasó a formar parte de las fuerzas de ocupación de Ucrania, donde le sorprendió la revolución rusa, en Shmirinka concretamente. Alcanzada, tras quince días de marcha, la antigua frontera de Rusia, fue capturado por las tropas ucranianas; encarcelado, logró huir y regresar a Viena, donde vivió al día y con dificultades. Iniciada la insurrección de Hungría, se trasladó a este país y empezó su actividad de periodista y escritor.
En 1930 publicó Job [Hiob], su obra maestra, en la cual aparece esbozada por analogía, y adaptada a nuestra sensibilidad a través de casos y procedimientos modernos, la esencia religiosa de la narración bíblica del mismo nombre, que sugestionó ya la imaginación de Goethe en la creación de Faust; en la historia del pobre maestrillo hebreo de Volinia quedan sin duda transfiguradas lejanas reminiscencias del ambiente que rodeó la infancia del autor. Corresponsal durante algún tiempo del Frankfurter Zeitung, en 1933, al advenimiento del nacismo, salió de Alemania y establecióse en Francia. Roth ha dejado catorce novelas, un volumen de cuentos y tres de ensayos y artículos diversos.
En las primeras, cuyos episodios se relacionan de varios modos con el destino de la vieja capital austríaca, se vislumbran sus experiencias vienesas; en este aspecto presenta un carácter casi de paradigma La marcha de Radetzky [Radetzkymarsch, 1932], en la que la unidad de la narración se halla en el ambiente de ruina y de muerte que envuelve todas sus páginas, y en el sentimiento de fatalidad, de némesis histórica puede incluso afirmarse que gravita sobre las últimas vicisitudes de la monarquía de los Habsburgo, la cual, llegada ya al eclipse, parece arrastrar hacia su cono de sombra la suerte de todos los súbditos. A la permanencia del autor en Francia, en cambio, cabe atribuir la inspiración ideal de la novela Los den días [Hundert Tage], En la titulada Tarabas evoca Roth paisajes y figuras sugeridos por los recuerdos del período transcurrido en Rusia.
G. Necco