Poeta argentino nació en una chacra de Perdriel, partido de San Martín, provincia de Buenos Aires (1834- 1886), de familia campesina acomodada, emparentada con Pueyrredón. Se crió en el campo, con los gauchos, en plena lucha con la tierra y con los peligros que significaban los indios y los maleantes, lo que no le impidió procurarse una formación cultural autodidáctica. Pero esto dio carácter al hombre y a su vida, y cuando la Argentina formada en la colonia gana con su esfuerzo y su sangre la independencia, y en la nueva organización el gaucho queda en condiciones de inferioridad, llamado a desaparecer ante el empuje del criollismo más civilizado, el poeta empuña su lira en defensa de su pueblo, con el que se identifica, aunque él es criollo, y canta las estrofas de las dos partes de su Martín Fierro (v.), el poema nacional argentino, la gesta de un país que se desarrolla y transforma, y de una raza que declina y va camino de su extinción.
Después de la caída de Rosas, él es un confederado; trabaja en el comercio y como funcionario del Congreso que se reúne en Paranár asiste a las batallas de Cepeda y Pavón, ocupa cargos de confianza en Corrientes con Evaristo López, adquiere una imprenta y publica un periódico, y cuando uno y otro perecen a manos de las turbas, vuelve a Buenos Aires, donde funda El Río de la Plata (1869), desde cuyas columnas ataca a Sarmiento, a quien considera su mortal enemigo: el periódico es clausurado. Sigue en la prensa y en la acción a López Jordán en la revolución de 1873 y tiene que expatriarse. Funcionario, diputado y periodista, fundó después el diario El Plata, para acabar dedicándose de lleno a una labor que había iniciado muchos años antes: su poema, que había de ser inmortal. La prosa de la Vida del Chacho y de Las dos políticas, de tipo oratorio, tiene menos interés que la de su Instrucción del estanciero, donde nos muestra los grandes conocimientos que tenía del campo argentino y que habían de servirle para la adecuada construcción de su gran obra lírico- épica.
Porque H. es el poeta romántico que construye con elementos y lenguaje populares la verdadera epopeya de un pueblo forjador de una nación que se levanta sobre las propias ruinas del pueblo que la ha forjado. Las diversas poesías sueltas que de él conocemos no añaden nada a su gloria de poeta, que pese a su lenguaje y a la fácil elaboración de su poesía, se levanta cada día más en la historia de las letras de su país, a medida que los eruditos y los estudiosos analizan la calidad y la trascendencia de su obra.
J. Sapiña