Nació en 1536 (o quizás en 1535) no sabemos si en La Fresnaye-au-Sauvage (cerca de Falaise) o en Caen, y murió en esta última ciudad, según recientes estudios, en 1606 (y, de acuerdo con la tradición, en 1607). Fue un gran personaje de su tiempo en los ámbitos administrativo y político. Su participación en el movimiento literario suscitado por «La Pléiade» es uno de los testimonios más característicos de la época. Señor rural conocedor del derecho (de suerte que llegó a progresar notablemente en la magistratura) y entregado al estudio de la agricultura, supo hallar en el mundo de la cultura latina los elementos esenciales de su formación intelectual y literaria; nada relacionado con el mundo clásico le fue extraño, ya fuera ello el griego o bien las lenguas neolatinas, como el italiano, el español y, naturalmente, el francés, su idioma patrio. Estudió en Passy, Angers (donde fue amigo de Tahureau), Potiers (aquí relacionóse con Scévole de Sainte-Marthe) y Bourges.
Su formación se reveló sustancialmente humanística con la publicación de los dos primeros libros de las Foresteries (Poitiers, 1555); el joven poeta imitaba ¡a Virgilio y Teócrito, y, como es natural, a sus grandes discípulos «modernos»: Sannazaro, Ronsard y Baïf. Sea como fuere, el autor, más que inspirarse en la naturaleza (siquiera a través de los más célebres modelos literarios) procuraba establecer ion tipo de cultura poética donde el mismo «hacer versos» se introdujera eficazmente en la sociedad francesa contemporánea. Ello permite comprender porqué no diera a la imprenta sus idilios, epigramas y composiciones en alabanza o detrimento del matrimonio y fijara más bien su ideal literario en el Arte poética (v.). Presentada al monarca Enrique IV sólo algún tiempo antes, la obra fue publicada en 1605. Apreciada por el autor con predilección, señaló un momento histórico en el ámbito de las letras; en realidad, aun cuando vinculada a los temas e ideales de «La Pléiade», prepara nuevos caminos destinados a fijar e ilustrar una tradición netamente francesa.
Se ha pretendido considerar característica preponderante de la misma cierta sinceridad «gauloise», que, en realidad, no es ajena al discreto matiz horaciano que destaca de una manera particular en las Satires del autor, en las cuales ataca los vicios contemporáneos. Versado en la prosa, que llega a mezclar en los versos de sus mencionadas Foresteries, el poeta publicó dos textos en los que relucen sus cualidades de moralista y político : Pour la monarchie de ce royaume contre la division (Lyon, 1567) y Oraison de ne pas croire légèrement la calomnie (Caen, 1587). En su conjunto, la figura de Vauquelin de la Fresnaye resulta la de un honrado personaje de su tiempo; nuestro autor supo desarrollar dignamente sus funciones de magistrado y de señor rural, y consideró la poesía, dentro de la órbita de los clásicos, digno remate de toda su actividad.
Como particularidad de cierto interés cabe mencionar la continuación, por su hijo Nicolas Vauquelin des Yveteaux (1567-1649), de la bella tradición que tendía a unir el cultivo de las letras con el desempeño de elevadas misiones civiles; a ello, indudablemente, debió de verse inducido aquél por el ejemplo de su ilustre padre.
C. Cordié