Nació en Rotterdam el 30 de agosto de 1852 y murió en Berlín el 1.° de marzo de 1911. Era hijo de un médico muy aficionado a Shakespeare, y ya desde la infancia se interesó vivamente por el estudio de la naturaleza y, sobre todo, de la química. Frecuentó los institutos tecnológicos del Politécnico de Delft, y estudió Matemáticas en Leiden; al mismo tiempo dedicábase al estudio de la filosofía de Comte y de la historia, y se apasionaba por los poetas, singularmente por Byron. En Bonn estuvo en el laboratorio de Kekule von Stradonitz, y en París en el de Wurtz. En 1874, mientras se preparaba en Utrecht para la graduación, sorprendió al mundo de la ciencia con una publicación en la cual figuraban observaciones sobre las relaciones entre la capacidad de rotación y la constitución química de los compuestos orgánicos.
El año siguiente, ya profesor de la Escuela de Veterinaria de Utrecht, publicó Stereochemie, donde proponía la teoría del átomo de carbono asimétrico (idea enunciada también, independientemente, por Le Bel), en la cual supone a éste en el centro de un tetraedro y dirigiendo sus cuatro valencias a los Vértices del mismo. Si éstos se hallan ocupados por cuatro átomos o grupos diversos, o sea si el átomo de carbono resulta asimétrico, pueden darse dos formas estereoisómeras; en presencia de dos o más átomos de carbono asimétrico el número de estereoisómeros es superior. Tales ideas, que fueron acogidas por J. Wislicenus, quien hizo traducir Stereochemie por un auxiliar suyo, provocaron, en cambio, la ironía de K. Kolbe, el cual dijo de Van’t Hoff que en lugar de dedicarse a la investigación experimental había montado en el Pegaso, pedido en préstamo a la Escuela de Veterinaria, para anunciar de qué suerte, durante el vuelo hacia el Parnaso de la química, se le habían aparecido dispuestos los átomos en el espacio.
Aun cuando hostilizado, Van’t Hoff fue llamado a Amsterdam, primeramente como lector, y luego, de 1878 a 1896, en calidad de profesor ordinario de química. A este período corresponden Ansichten über die organische Chemie (1878) y Estudios de dinámica química (1884, v.), donde estudia la velocidad de las reacciones químicas y la teoría de la afinidad. Son también notables sus trabajos sobre el tratamiento termodinámico de los procesos químicos y los equilibrios heterogéneos de las sales (acerca de los yacimientos de Stassfurt), así como sus ideas respecto de las soluciones diluidas (v. Teoría de las soluciones), que llamaron la atención de Arrhenius. En 1896 fue invitado a Berlín por la Academia de Ciencias, y allí dio las Vorlesungen über theoretische und physikalische Chemie. Entre otros varios galardones recibió la medalla Davy y el premio Nobel de química.
M. Giua