Nació en 1225 en Arezzo, donde murió en 1293. Su propia obra nos lo revela presa de las pasiones amorosa y política. Ardiente güelfo y autor de una elocuente canción de reproche dirigida a los florentinos a raíz de la batalla de Montaperti (v. Rimas), viose forzado al destierro (1260). Lejos de Arezzo, una crisis espiritual llevóle al estado religioso, y en 1261 ingresó, en Bolonia, en la orden de Santa María. Testimonio del sentimiento que le llevó a tal decisión es la segunda parte de su cancionero, lleno de un celo que nos lo presenta fervoroso y a veces reflexivo moralista, carácter aún más destacado en las Cartas (v.).
Sobre su poesía sigue pesando el juicio emitido por Dante en De vulgar elocuencia; tanto Guittone como sus seguidores, los «guittonianos», sólo pueden considerarse, efectivamente, en la mayoría de sus obras, cual meros versificadores. Su situación «histórica», intermedia entre la escuela siciliana y la del «stil novo», puede juzgarse causa de la limitación de estos literatos — llamados, precisamente, «de transición» — a los áridos confines de las técnicas y los conceptos. No faltan, empero, las excepciones; así, por ejemplo, la canción de Guittone. Ahi lasso!, llena de generosa pasión y con una irritación y un desengaño que se desahogan en la invectiva y la ironía y dan a las letras italianas la composición más noble y sugestiva inspirada por la pasión política a lo largo de todo el siglo XIII. ¿Quién sabe si la antipatía de Dante pudo esconder una inconsciente deuda contraída por el gran poeta respecto de su más modesto predecesor?
F. Giannessi